200 años de la Batalla de Boyacá: Primer Gran Triunfo Patriota
Roberto López Sánchez - www.aporrea.org
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Este 7 de agosto de 2019 se cumplen 200 años del glorioso triunfo de Boyacá, batalla que abrió las puertas de la victoria definitiva de las fuerzas patriotas sobre el Imperio Colonial Español en el continente suramericano.
Boyacá fue totalmente una creación del genio militar de Simón Bolívar, quien a comienzos de año se encontraba participando en el Congreso de Angostura y de donde salió con sus tropas para buscar liberar a su ciudad natal, Caracas, como creían los españoles. Ya en 1813, durante la Campaña Admirable, Bolívar había entrado triunfalmente en la ciudad que lo vio nacer, y el ejército expedicionario español al mando del Teniente General Pablo Morillo consideró que en esa dirección movería Bolívar su ejército.
Pero Bolívar tenía otros planes. En una muestra de audacia y astucia militar propia de quien dirige una gran empresa libertadora de carácter continental, Bolívar desplazó su ejército durante varias semanas atravesando los inundados llanos de Casanare, y posteriormente abordó el cruce de los Andes por el páramo de Pisba, y sorprendió al ejército realista al aparecer con sus fuerzas en las proximidades de Bogotá a finales de julio de 1819. Tanto el inundado territorio llanero como las escarpadas montañas andinas imponían grandes dificultades para el ejército patriota, razón por la cual llevaron a Morillo a descartar totalmente esa posibilidad de que Bolívar intentase siquiera acceder a la Nueva Granada siguiendo esa ruta. De manera que la llegada del ejército bolivariano a la Nueva Granada significó una total sorpresa para las fuerzas coloniales españolas.
Es de resaltar que durante los cinco días de travesía por las montañas andinas, el ejército patriota tuvo numerosas bajas entre los soldados, además de perder toda su caballería y el ganado de reserva, lo que obligó a los bolivarianos a tener que reponer rápidamente sus provisiones y logística, recuperar sus armamentos perdidos en la cordillera y sanar a los numerosos enfermos.
El comandante militar de las fuerzas españolas que dirigía desde Bogotá el Virrey Juan Manuel de Sámano era el coronel José María Barreiro. Ante la llegada, el 7 de julio de 1819, del ejército bolivariano al pueblo de Socha, Barreiro se vio obligado a movilizar con urgencia su ejército para defender al virreinato de esta formidable y sorpresiva amenaza que presentaba el ejército de Bolívar en las tierras de la Nueva Granada.
El 10 y 11 de julio las fuerzas patriotas chocan contra los realistas en Gámeza, y ambos bandos reclaman la victoria, aunque la ventaja moral la obtuvieron los patriotas al hacer retroceder a los españoles al pueblo vecino. Esta victoria parcial le permitió a Bolívar el tiempo necesario para que el resto de su ejército terminara de cruzar los páramos de la cordillera, y para reponer la caballería y el parque de armas que se había debilitado considerablemente por efectos del clima.
En una guerra de movimientos en la cual ambos ejércitos se desplazan varios días tratando de sorprender al contrario, finalmente Bolívar decide el 25 de julio atacar a los españoles en Pantano de Vargas, que se encontraban en una posición muy favorable y presagiaban una derrota para los patriotas. Cuando la batalla parecía definirse a favor de los españoles, Bolívar ordena el avance de la caballería patriota al mando de Juan José Rondón y Leonardo Infante, y 500 jinetes cargaron contra los realistas y destrozaron sus filas, convirtiendo en victoria lo que parecía una derrota segura.
Las pérdidas para ambos ejércitos fueron significativas en esta batalla, lo que los obligó a retroceder a posiciones defensivas para recuperar fuerzas. En el caso de los españoles, esperando la llegada de refuerzos militares; y en el caso de Bolívar, reuniendo víveres y caballos, de voluntarios que solicitaban su incorporación al ejército patriota, y de reclutas que ordenó el Libertador a partir del 28 de julio.
El 3 de agosto Bolívar moviliza su ejército buscando combatir con las fuerzas españolas, mientras Barreiro por su parte comienza a retroceder buscando el camino de Bogotá intentando evadir el combate y fortalecerse en la capital. Bolívar ocupa Tunja el 5 de julio, y le corta el paso a Barreiro hacia Bogotá.
El día 7, Barreiro moviliza de nuevo su ejército tratando de despistar a Bolívar haciéndole creer que toma otro camino cercano, pero los informantes patriotas indican al Libertador que Barreiro se dirige al puente de Boyacá, y allí lo espera Bolívar con su ejército, para librar la más importante victoria militar patriota desde el inicio de la Guerra de Independencia en 1810.
La decisión de la batalla la producirá el ataque frontal de la División comandaba por el general José Antonio Anzoátegui contra el grueso del ejército español dirigido por Barreiro. Los batallones Rifles, Barcelona y Bravos de Páez, la Legión Británica y el regimiento de Llano Arriba (lanceros) destrozaron las fuerzas realistas. La huida del batallón español de caballería Granaderos marcó el comienzo de la derrota realista, que finalizó con la rendición del mismo comandante español José María Barreiro, de su segundo al mando Jiménez, de casi toda la oficialidad peninsular y 1600 soldados que fueron hechos prisioneros por los patriotas.
Al día siguiente le informan al Virrey Sámano en Bogotá de la desastrosa derrota realista en Boyacá, lo que genera la huida precipitada del virrey y de todas las autoridades realistas, temerosos de que los patriotas les hicieran pagar la multitud de fusilados que ejecutaran en la Nueva Granada las fuerzas del general Pablo Morillo. El virrey salió disfrazado con una ruana, y otras autoridades en su apurada huida tuvieron que hacerlo a pie. La cobardía de las autoridades coloniales deja a una ciudad totalmente abandonada por los españoles, y el 10 de agosto de 1819 Simón Bolívar hace su entrada triunfal en Bogotá.
A los 75 días de haber salido de Mantecal, en la Provincia de Barinas, entraba triunfante Simón Bolívar en la capital del Virreinato de la Nueva Granada, asestando un golpe durísimo al imperialismo colonial español en Suramérica, propinándoles la primera gran derrota militar de una serie de batallas (Carabobo, Pichincha, Bomboná, Junín y Ayacucho) que expulsarían a los peninsulares del territorio que trescientos años antes habían invadido, saqueando y aniquilando a los pueblos originarios.
Este pequeño escrito pensaba leérselo a mi madre, tataranieta de uno de los jefes patriotas héroes de Boyacá, el Coronel Cruz Carrillo, comandante del Batallón Bravos de Páez. Lamentablemente mi mamá, Josefina Sánchez Carrillo, falleció el pasado 3 de abril a sus 94 años (este sábado 10 hubiera cumplido 95). Desde comienzos de este año 2019 estaba pendiente de este bicentenario y sirvan estas palabras como homenaje a quien me infundió siempre amor a la patria y orgullo por su gesta libertaria. A doscientos años de Boyacá, los descendientes de tantos miles de patriotas como Bolívar, Anzoátegui, Rondón, Carrillo, seguimos dispuestos a luchar por una segunda independencia, que supere la traición y la falsedad que hoy domina en Venezuela.
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