sábado, 2 de julio de 2022

 

TRIUNFÓ EL PARO NACIONAL INDIGENA Y POPULAR EN ECUADOR

Roberto López Sánchez

El jueves 30 de junio, luego de 18 días del Paro Nacional convocado por la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador) y otras federaciones indígenas como la FEINE[1] y la FENOCIM[2], se firmó el acuerdo entre el gobierno neoliberal de Guillermo Lasso y las organizaciones indígenas convocantes, que permitieron dar por finalizada la acción de protesta nacional.

Entre los logros alcanzados por la movilización popular nacional, resalta una rebaja de 15 centavos de dólar por galón para los combustibles subsidiados; la derogación  del decreto 95 que promovía la actividad petrolera en la Amazonía; la modificación del decreto 151 para frenar las concesiones mineras en áreas naturales protegidas, zonas intangibles, áreas de recarga hídrica y territorios ancestrales de pueblos indígenas; aumento de subsidios mensuales para las familias más pobres y condonación de deudas, entre otros aspectos contemplados en el pliego de 10 puntos que presentaron las organizaciones indígenas al inicio del Paro Nacional.

En esta lucha resalta la enorme organización y capacidad de movilización de la CONAIE, que le tocó enfrentar la que tal vez sea la mayor represión policial-militar de su historia. La brutal represión desatada por el gobierno del banquero Lasso generó seis fallecidos, más de trescientos heridos y más de cien detenidos. Incluso el propio presidente de la CONAIE, Leonidas Iza, fue detenido al iniciarse el paro y se logró su liberación debido a la gran presión nacional e internacional levantada a su favor.

Las peticiones de la CONAIE habían sido formuladas ante el gobierno de Lasso desde el inicio de su mandato en 2021, sin obtener ningún tipo de respuesta favorable ante las mismas. Es por ello la decisión de las bases y la dirigencia indígena de declarar el Paro Nacional indefinido a partir del 13 de junio del 2022.

A la declaratoria de Paro Nacional se adhirieron otras organizaciones como la Unión Nacional de Educadores (UNE, maestros), el Frente Unitario de Trabajadores (organizaciones sindicales diversas), el Frente Popular, el movimiento estudiantil universitario y algunos gremios del transporte, entre otros.

La movilización indígena y popular se realizó en todas las provincias del país, y una parte de esa movilización confluyó hacia la ciudad de Quito, capital de la República y principal centro político del país. Fue en Quito donde el gobierno de Lasso allanó con fuerzas policiales y militares a las universidades y recintos culturales en donde estaban los manifestantes venidos de otras regiones, no respetando la autonomía universitaria ni los espacios públicos que tradicionalmente le han servido al movimiento indígena en su larga historia de luchas.

Durante todo el paro, la dirigencia indígena hizo reiterados llamados a mantener el carácter pacífico de la protesta. Objetivo que en términos generales lo lograron, pese a que fueron reprimidos como nunca antes en la historia reciente del Ecuador. Incluso cuando el correismo[3] propuso en la Asamblea Nacional la votación para destituir a Lasso, la CONAIE indicó que ese no era el objetivo de la protesta (los diputados de Pachakutik[4], no obstante, votaron a favor de esa propuesta). Esa iniciativa fue una estrategia del correismo en el parlamento que buscaba pescar en río revuelto, puesto que como fuerza política nunca tuvieron nada que ver con la gran movilización popular desatada en todo Ecuador por las estructuras de base de la CONAIE y demás federaciones indígenas. El correismo tiene votos. Pero no tiene nada de organización indígena y popular.

A pesar de que, según el censo, los indígenas serían apenas el 7 % de la población en Ecuador[5], los levantamientos indígenas desde 1990 han derrocado a tres presidentes y cuando no lo hacen, como en 2019 y ahora 2022, impactan profundamente, paralizando todo el país. 

 

En los primeros días del Paro Nacional  circularon por las redes unos vídeos de militares retirados ecuatorianos "apoyando el paro". Parece que esos vídeos son falsos (según informaron amigos ecuatorianos). Los videos parece que formaron parte de una especie de trampa montada por Lasso para llevar a la CONAIE a una lucha violenta que le permitiera al gobierno reprimir con toda la fuerza policial y militar. De hecho esos videos coincidieron con la detención de Leonidas Iza. Afortunadamente esos planes represivos de Lasso no pudieron concretarse al nivel que tenían planificado (buscaban acabar con la CONAIE, apresar a todos sus dirigentes e impedir cualquier manifestación popular).

 

Es aquí donde descuadran completamente opiniones de algunos grupos "de vanguardia" que se refirieron a la protesta pacífica de la CONAIE catalogándola de "insurrección popular" que debía plantearse “echar a Lasso del poder”[6], que era precisamente lo que afirmaba Lasso para justificar la represión. Es muy difícil mantener una jornada de movilizaciones populares por 18 días continuos en todo un país sin que se produzcan actos de violencia de los propios manifestantes. Siempre habrá excesos, y siempre habrá infiltrados del gobierno tratando de imponer una falsa "radicalización la lucha" para justificar la represión. Incluso no hay que descartar que algunos grupúsculos de ultraizquierda, que se hacen llamar "partidos del proletariado", se metan en las movilizaciones indígenas para empujar actos violentos con miras (delirantes) a "tomar el poder" (como lo sugieren algunos documentos de dichas organizaciones)[7].

 

Descuadra aún más que estos falsos "partidos de vanguardia" salgan a criticar los llamados de la CONAIE a mantener la lucha de manera pacífica, y para remate insinúen que Iza y demás dirigentes indígenas son traidores por sentarse a negociar con el gobierno.

 

Creemos que la conducción política del Paro Nacional por parte de la CONAIE fue impecable. La destitución de Lasso no estaba planteada en el pliego de peticiones que impulsó la movilización indígena y popular. Obviamente una paralización de todo un país por varias semanas puede provocar la caída del gobierno en funciones; pero la lucha indígena como tal nunca estuvo definida como de carácter “insurreccional” ni buscaba entre sus objetivos derrocar al gobierno de Lasso. Esos llamados de algunos grupos extremistas a la "insurrección", a propiciar un "gobierno de la CONAIE", a no negociar, a mantener y radicalizar el paro, son actos sumamente irresponsables. Prácticamente suicidas. 

 

Por cierto, los que proponen eso no estaban ni de cerca en la dirección colectiva del Paro Nacional. No arriesgan nada. Ellos pretenden empujar a la CONAIE para que sea destrozada por la represión policial-militar. Pero ellos a buen resguardo.

 

Como afirmó la Plataforma Ciudadana en defensa de la Constitución en una declaración de solidaridad con el paro[8], esta nueva jornada de lucha en el Ecuador es expresión “de la lucha de los pueblos de Nuestra América para enfrentar las agendas económicas neoliberales y extractivistas que han venido desarrollando en la última década todos los gobiernos latinoamericanos (incluyendo los “progresismos” representados en los gobiernos de Correa, Evo y Maduro)”.

La continuidad de los estallidos sociales populares en todo el continente pueden sentar las bases políticas para la construcción de nuevos programas de transformación social, que trasciendan la demagogia de los gobiernos “progresistas” que como Maduro y Ortega han traicionado abiertamente las agendas de cambio social popular que animaron la ola izquierdista en el continente en los tres primeros lustros de este siglo XXI.

Esas nuevas bases programáticas para la transformación social están contenidas en la agenda de los movimientos indígenas que hoy luchan en el Ecuador:

  •  una lucha consecuente contra el extractivismo minero-petrolero;  
  •  una democracia comunitaria sustentada en las decisiones desde las bases populares y la autonomía local y regional;
  • formas de representación política que excluyen a los “políticos profesionales” y enfatizan en los dirigentes naturales de las distintas organizaciones sociales;
  • soberanía nacional ante las agendas que desde el exterior imponen las compañías multinacionales de todo el mundo globalizado;
  • sistemas de seguridad social que garanticen condiciones de vida y de trabajo para toda la población;
  • administración del Estado en todas sus instancias con base en la transparencia y la contraloría popular, para evitar y castigar la corrupción;
  • respeto a la diversidad cultural y étnica;
  • una economía social basada en la producción comunal autónoma, organizada nacionalmente utilizando las formas de democracia indígena que ya existen en confederaciones como la CONAIE.

Sin lugar a dudas, la CONAIE ha triunfado. Ha logrado enfrentar la durísima represión del bárbaro Guillermo Lasso, lo ha obligado a sentarse en la mesa de negociación y le ha arrancado al gobierno reivindicaciones que durante todo el conflicto, Lasso y sus voceros habían descartado ceder, como fue la disminución del precio de los combustibles. La firma del acuerdo el 30 de junio la realizó el propio Leonidas Iza, a pesar de que el presidente Lasso había declarado en los dos días anteriores que el gobierno no aceptaría negociar con Iza y exigía una nueva representación indígena.

La CONAIE, junto a sus principales federaciones, la CONFENIAE (Federación de los pueblos indígenas de la Amazonía) y la ECUARUNARI (Federación de los pueblos indígenas de la Sierra), unidas a la FEINE, la FENOCIM y demás organizaciones del campo popular ecuatoriano, se dispone a supervisar durante 90 días, los acuerdos a los que se comprometió el gobierno. De no cumplirse dichos acuerdos, la movilización indígena y popular se planteará de nuevo.

Respaldamos totalmente esta lucha indígena y popular en Ecuador, y hacemos votos por el fortalecimiento de las organizaciones que han conducido al triunfo del Paro Nacional. Los pueblos de Nuestra América miran hoy hacia Ecuador, se solidarizan con su lucha, y aprenden de sus experiencias.

Maracaibo, Tierra del Sol Amada. 2 de julio de 2022.

 



[1] FEINE: Consejo de Pueblos y Organizaciones Indígenas Evangélicos del Ecuador.

[2] FENOCIM: Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras.

[3] Tendencia política del ex-presidente Rafael Correa, que posee la mayor fracción parlamentaria en la Asamblea Nacional del Ecuador.

[4] Pachakutik: Partido indígena vinculado a la CONAIE, pero que no representa de manera directa las decisiones democráticas que la CONAIE asume desde sus estructuras locales y regionales en todo el país.

[5] Algunos autores calculan la población indígena en Ecuador muy por encima de esa cifra. Otros autores mencionan que buena parte de la población que es considerada “mestiza”, que constituyen el 72 % de la población total, es en realidad población indígena.

[6] Declaración de la organización LUCHAS, publicada en su página web: ¡Por un gobierno de la CONAIE, las Federaciones Indígenas y Campesinas, Mujeres, Sindicatos y Organizaciones Populares!”. 28/06/2022.  https://insisto-resisto.org/?p=23729

[7] Como aparece en un artículo publicado en Aporrea, “Ecuador: Fuera Lasso”, que firma una “Liga Internacional Socialista”. 01/07/2022.  www.aporrea.org/internacionales/a313612.html

[8]Solidaridad con el Paro Nacional del Movimiento Indígena y Popular en Ecuador”. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.   30/06/22 - www.aporrea.org/ddhh/a313602.html  

 Solidaridad con el Paro Nacional del Movimiento Indígena y Popular en Ecuador

 - www.aporrea.org
 - www.aporrea.org/ddhh/a313602.html


Desde el lunes 13 de junio, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), convocó a un Paro Nacional del movimiento indígena y popular en base a un pliego de diez puntos. El paro nacional cuenta también con el respaldo de las otras dos grandes organizaciones indígenas del Ecuador, como son el Consejo de Pueblos y Organizaciones Indígenas Evangélicos del Ecuador (FEINE) y la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (FENOCIN), además de importantes sindicatos y federaciones de trabajadores como la Unión Nacional de Educadores (UNE) y el Frente Unido de Trabajadores (FUT).

Los diez puntos que exige el movimiento indígena y popular, ratificados por Leonidas Iza y Zenaida Yasacama[1], presidente y vicepresidenta de la CONAIE respectivamente, en las reuniones que se realizaron el lunes 27 entre el gobierno neoliberal de Guillermo Lasso y la dirigencia indígena del país, responden a las necesidades más urgentes de la población trabajadora del Ecuador (no exclusivamente de los indígenas), y constituyen la plataforma de las luchas populares que se han desarrollado en el Ecuador en la última década, que fueron la razón del Levantamiento Indígena y Popular de octubre de 2019, y que hoy vuelven a movilizar al pueblo ecuatoriano:

  1. "Reducción y no más subida del precio de los combustibles. Congelar el diésel a USD 1,50 y la gasolina extra y ecopaís[2] a USD 2,10, derogar los decretos 1158 11831054 Y entrar en el proceso de focalización a los sectores que necesitan subsidio: agricultores, campesinos, transportistas, pescadores…
  2. Alivio económico para más de 4 millones de familias con la moratoria de mínimo un año y renegociación de las deudas con reducción de las tasas de interés en el sistema financiero (bancos públicos, privados y cooperativas). No al embargo de los bienes como casas, terrenos y vehículos por falta de pago.
  3. Precios justos en los productos del campo: leche, arroz, banano, cebollas, abonos, papas, choclos, tomate y más; no al cobro de regalías en las flores. Para que millones de campesinos, pequeños y medianos productores puedan tener garantía de sustentación y continúen produciendo.
  4. Empleo y derechos laborales. Políticas e inversión pública para frenar la precarización laboral y asegurar el sostenimiento de la economía popular. Exigir el pago de las deudas al Instituto Ecuatoriano de la Seguridad Social - IESS.
  5. Moratoria a la ampliación de la frontera extractiva minera/petrolera, auditoría y reparación integral por los impactos socioambientales, para la protección de los territorios, fuentes de agua y ecosistemas frágiles. Derogatoria de los Decreto 95 y  

    Decreto 151

     .
  6. Respeto a los 21 derechos colectivos: Educación Intercultural Bilingüe, justicia indígena, consulta previa, libre e informada, organización y autodeterminación de pueblos indígenas.
  7. Alto a la privatización de los sectores estratégicos, patrimonio de los ecuatorianos/as (Banco del Pacífico, hidroeléctricas, IESS, CNT, carreteras, salud, entre otras).
  8. Políticas de control de precios y la especulación en el mercado de los productos de primera necesidad, que hacen los intermediarios y abuso de precios en los productos industrializados en las cadenas de supermercados.
  9. Salud y educación. Presupuesto urgente frente al desabastecimiento de los hospitales por falta de medicinas y personal. Garantizar el acceso de la juventud a la educación superior y mejoramiento de la infraestructura en escuelas, colegios y universidades.
  10. Seguridad, protección y generación de políticas públicas efectivas para frenar la ola de violencia, sicariato, delincuencia, narcotráfico, secuestro y crimen organizado que mantiene en zozobra al Ecuador."

La respuesta del gobierno de Lasso ante este Paro Nacional indígena y popular ha sido la represión más brutal y la descalificación hacia las organizaciones indígenas y sus dirigentes. Lasso ha ordenado a sus cuerpos represivos "ejercer el uso progresivo de la fuerza" para acabar con las movilizaciones indígenas y específicamente para intentar expulsar de Quito las decenas de miles de indígenas que se han movilizado hasta esa ciudad. El gobierno ha atacado con sus cuerpos policiales y militares todos los espacios de concentración y marchas indígenas-populares tanto en Quito como en todo el país, con un resultado de 6 manifestantes asesinados por la acción policial-militar, más de un centenar de heridos y varios centenares de detenidos.

La continuidad del Paro Nacional, luego de más de quince días, ha obligado al gobierno de Lasso a ceder en algunas de las peticiones formuladas por la CONAIE, quien por su parte, entre otras solicitudes, ha exigido al gobierno, en el marco de la reunión negociadora auspiciada por la iglesia católica, la indemnización de las familias de todos los asesinados y heridos por la acción de la fuerza pública; la libertad inmediata de todos los detenidos; la paralización y anulación de todos los procedimientos judiciales en curso contra los dirigentes indígenas; y finalmente, la destitución del ministro del interior, por ser responsable directo de todos los desmanes cometidos por militares y policías contra las manifestaciones pacíficas en todo el país. De lo contrario, continuará el Paro Nacional.

La represión desatada por Lasso no solo no ha podido disminuir la intensidad de la protesta, sino que nuevos sectores sociales se han incorporado al Paro Nacional, como son los estudiantes universitarios, y gremios del transporte en varias provincias del país.

El Paro Nacional indígena y popular que encabeza la CONAIE en el Ecuador pareciera constituir una nueva manifestación de la lucha de los pueblos de Nuestra América para enfrentar las agendas económicas neoliberales y extractivistas que han venido desarrollando en la última década por todos los gobiernos latinoamericanos (incluyendo los "progresismos" representados en los gobiernos de Correa, Evo y Maduro).

La continuidad de los estallidos sociales populares en todo el continente pueden sentar las bases políticas para la construcción de nuevos programas de transformación social, que trasciendan la demagogia de los gobiernos "progresistas" que como Maduro y Ortega han traicionado abiertamente las agendas de cambio social popular que animaron la ola izquierdista en el continente en los tres primeros lustros de este siglo XXI.

Esas nuevas bases programáticas para la transformación social están contenidas en la agenda de los movimientos indígenas que hoy luchan en el Ecuador: una lucha consecuente contra el extractivismo minero-petrolero; una democracia comunitaria sustentada en las decisiones desde las bases populares y la autonomía local y regional; formas de representación política que excluyen a los "políticos profesionales" y enfatizan en los dirigentes naturales de las distintas organizaciones sociales; soberanía nacional ante las agendas que desde el exterior imponen las compañías multinacionales de todo el mundo globalizado; sistemas de seguridad social que garanticen condiciones de vida y de trabajo para toda la población; administración del Estado en todas sus instancias con base en la transparencia y la contraloría popular, para evitar y castigar la corrupción; respeto a la diversidad cultural y étnica; una economía social basada en la producción comunal autónoma, organizada nacionalmente utilizando las formas de democracia indígena que ya existen en confederaciones como la CONAIE.

Nuestro llamado a la solidaridad con el actual Paro Nacional Indígena y Popular en Ecuador lo es también para la construcción de nuevas referencias populares de transformación social que contribuyan a orientar los nuevos esfuerzos que en distintos países, como Chile, Colombia y Honduras, están en pleno desarrollo, intentando superar las limitaciones y errores de la anterior "ola progresista", y evitar así nuevos fracasos y traiciones que hipotequen las aspiraciones de cambio de los pueblos de Nuestra América.

Ahora que el gobierno de Lasso se ha retirado de la mesa de negociación, argumentando que no desea reunirse más con Leonidas Iza (y exige a la CONAIE que designe otro representante, algo inaceptable para el movimiento indígena), se hace muy necesaria toda la solidaridad que desde los pueblos latinoamericanos se manifieste ante esta justa lucha, que es nuestra propia lucha. La última información de la noche del miércoles es que el gobierno de Lasso regresa a la mesa de negociación debido a la continuidad y fortaleza del Paro Nacional indígena y popular.

PLATAFORMA CIUDADANA EN DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN

Oly Millán, Juan García, Esteban Emilio Mosonyi, Santiago Arconada, Edgardo Lander, Gustavo Márquez, Roberto López Sánchez, Ana Elisa Osorio, Héctor Navarro.

Venezuela, 30 de junio de 2022

 

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[1] https://www.proamazonia.org/entrevista-a-zenaida-yasacama/

[2] Este combustible se elabora a base de la mezcla de Naftas de Alto y Bajo Octano con Etanol, para de esta forma alcanzar los requisitos de calidad que establece la Norma INEN 935, la cual regula la calidad de las combustibles.

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