CAMBIOS
Y CONTINUIDADES EN EL MOVIMIENTO DE TRABAJADORES EN VENEZUELA:
1999-2013
RESUMEN
El
trabajo considera los cambios y continuidades suscitados en el
movimiento de trabajadores venezolano durante la llamada “revolución
bolivariana”. En el plano de los cambios fundamentales
desarrollados en el movimiento obrero, se considera la crisis y caída
de la CTV3
como central hegemónica en Venezuela, el nacimiento y desarrollo de
las centrales bolivarianas UNETE y CBST4,
la aprobación de una nueva Ley Orgánica del Trabajo y el
renacimiento de la combatividad en los trabajadores venezolanos. En
las continuidades, se consideran el “dirigentismo” burocrático,
el economicismo, el paralelismo sindical, el sicariato, la corrupción
y el mantenimiento de prácticas neoliberales que aún no han sido
derrotados en la acción gubernamental bolivariana. Se concluye que
los trabajadores venezolanos se han constituido como actores
políticos de relevancia en el marco de la revolución bolivariana,
fortaleciendo y ampliando sus formas de organización, profundizando
sus logros reivindicativos y avanzando hacia conquistas históricas
que trascienden la relación trabajo-capital y apuntan a diseñar
nuevas formas de organización socialista de la actividad productiva.
Palabras
clave: Venezuela, trabajadores, cambios, continuidades.
The
paper considers the changes and continuities that occurred in the
Venezuelan labor movement during the " Bolivarian revolution"
. In terms of the fundamental changes in the labor movement developed
, considering the crisis and fall of the Confederation of Workers of
Venezuela (CTV ) 1 as the hegemonic center nationally, the birth and
development of the central Bolivarian National Union of Workers (
JOIN ) and Central Bolivian Socialist worker ( CBST ) , the adoption
of a new Labour Act and the revival of militancy in the Venezuelan
workers . The continuities are considered bureaucratic "
dirigentismo " economism , union parallelism, killings ,
corruption and maintaining neoliberal practices that have not been
defeated in the Bolivarian government action. It is concluded that
the Venezuelan workers have become as relevant political actors in
the context of the Bolivarian revolution , strengthening and
expanding its forms of organization, protest deepening their
achievements and progress towards historic achievements that
transcend the labor-capital ratio and target design new forms of
socialist organization of production.
Keywords: Venezuela , workers, changes, and continuities .
Keywords: Venezuela , workers, changes, and continuities .
O
artigo considera as mudanças e continuidades que ocorreram no
movimento operário venezuelano durante a "revolução
bolivariana " . Em termos de mudanças fundamentais no movimento
operário desenvolvidas , considerando a crise e queda da
Confederação de Trabalhadores da Venezuela ( CTV) 1 como o centro
hegemônico nacional , o nascimento e desenvolvimento do centro
Bolivariana União Nacional dos Trabalhadores ( JOIN) e Socialist
Worker Central da Bolívia ( CBST ), a adopção de uma nova Lei do
Trabalho e do renascimento da militância nos trabalhadores
venezuelanos. As continuidades são considerados burocráticos "
dirigentismo " economicismo , o paralelismo sindical,
assassinatos , corrupção e manutenção de práticas neoliberais
que ainda não foram derrotados na ação do governo bolivariano.
Conclui-se que os trabalhadores venezuelanos tornaram-se atores
políticos como relevantes no contexto da revolução bolivariana ,
fortalecer e ampliar suas formas de organização , protesto
aprofundar as suas conquistas e progressos para conquistas históricas
que transcendem a relação capital-trabalho e design alvo novas
formas de organização da produção socialista .
Palavras-chave: Venezuela , os trabalhadores , mudanças e continuidades .
Palavras-chave: Venezuela , os trabalhadores , mudanças e continuidades .
INTRODUCCION
El
proceso político desarrollado en Venezuela entre 1999 y 2013, bajo
la presidencia de Hugo Chávez (hasta 2012) y de Nicolás Maduro, más
conocido como Revolución Bolivariana, ha permitido la irrupción
protagónica de la clase trabajadora venezolana, convirtiéndola en
actor político de primer orden, a pesar de las numerosas
dificultades presentadas en sus instancias de representación social.
De
una clase trabajadora que en 1998 se encontraba totalmente
subordinada a los mandatos del capital nacional e internacional, que
aceptó sumisamente la modificación en 1997 de la Ley Orgánica del
Trabajo, lo cual implicaba la pérdida de derechos significativos
tanto para el pago de la prestación de antigüedad como para la
remuneración ante los despidos, hemos pasado a una clase que, pese a
su relativa desorganización, impone y respalda masivamente cambios
sustanciales en las relaciones de trabajo y en las formas de
propiedad prevalecientes en el país.
Aunque
la política laboral y el modelo productivo desarrollado por el
gobierno bolivariano han carecido de numerosas deficiencias y
deformaciones, la participación de los trabajadores ha continuado a
través de diversas expresiones organizativas, algunas de las cuales
se suceden unas a otras, y el panorama laboral actual que se
visualiza en el país es considerablemente distinto al que existía
para 1999.
Este
período de la Revolución Bolivariana ha significado importantes
cambios en el movimiento de trabajadores de Venezuela, como veremos a
continuación.
- CRISIS Y CAÍDA DE LA CTV COMO CENTRAL HEGEMÓNICA EN VENEZUELA
La
tradicional hegemonía de la Confederación de Trabajadores de
Venezuela ha sido desplazada completamente en este proceso
bolivariano. Aunque la CTV mantuvo su vigencia en los primeros años
del bolivarianismo, su participación tanto en el golpe de estado de
abril de 2002 como en la huelga patronal de 2002-2003 significó un
punto de inflexión a partir del cual los trabajadores abandonaron
masivamente los sindicatos afiliados a la CTV y procedieron a
constituir sindicatos denominados “bolivarianos”.
Luego
de su participación protagónica tanto en el golpe de abril como en
el paro patronal de finales de 2002, esta central sindical entró en
virtual colapso. Los sindicatos cetevistas se quedaron vacíos de
trabajadores, produciéndose una migración masiva de los mismos
hacia los nuevos sindicatos bolivarianos creados en los primeros años
del gobierno de Chávez. Esto no respondió a estrategia alguna del
chavismo, fue simplemente un proceso espontáneo en el cual los
mismos trabajadores decidieron abandonar los sindicatos y
federaciones a los cuales habían estado afiliados por años y hasta
décadas, y constituir nuevos sindicatos que en la mayoría de los
casos se identificaron con el proceso bolivariano (en muchos casos la
palabra “bolivariano” estaba incluida en sus siglas).
Tan
sólo en los años 2003 y 2004 el número de sindicatos reconocidos
por el Ministerio del Trabajo aumentó de 2.974 a unos 4.0005.
La CTV habría perdido en 13 años de gobierno bolivariano, el 90 %
de los trabajadores que tenían afiliados para 1998, según
declaraciones del Presidente de la Comisión Electoral Permanente de
la CTV, Daniel Santolo, de la Causa R6.
Progresivamente
la CTV quedó como un “cascarón vacío”, según palabras de
algunos de sus propios dirigentes. La asistencia de los trabajadores
a las marchas sindicales convocadas el primero de mayo de 2012 es
prueba contundente de este proceso político suscitado en los últimos
años. Mientras la marcha convocada por la nueva Central de
Trabajadores “oficialista”, la CBST, reunió a unas 400.000
personas en Caracas, la marcha convocada por la CTV en otro lugar de
la capital no reunió más de mil trabajadores; una tercera marcha en
Caracas, convocada por varias tendencias de la UNETE, tampoco logró
reunir a más de mil asistentes. Esta asistencia a la marcha de la
CBST se produjo a pesar del malestar existente en el seno de los
trabajadores y sus organizaciones debido a las incongruencias
presentes entre el discurso radical y “obrerista” de Chávez y
sus principales voceros gubernamentales, y la ejecución contraria
que se observa en las instituciones del estado y el propio ministerio
del trabajo.
La
burocracia obrera tradicional representada en la CTV se ve
actualmente confrontada por nuevas fuerzas obreras opositoras que se
han ido desprendiendo del chavismo y que han asumido posiciones
políticas de abierta confrontación hacia el gobierno de Chávez. Es
el caso del sector liderado por Froilán Barrios,
ex-constituyentista, distanciado del chavismo en 2001, y el grupo
encabezado por Orlando Chirinos, importante líder sindical de las
zonas industriales del centro del país, cuya organización CCURA
(Corriente clasista, unitaria, revolucionaria y autónoma) se alejó
del gobierno y de la UNETE durante 2007. Estos dos dirigentes han
confluido en una estructura denominada FADESS (Frente Autónomo en
Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato), que ha comenzado a
promover acciones de calle en contra de las políticas del gobierno
bolivariano.
El
FADESS hasta ahora no logra movilizar gruesos contingentes de
trabajadores, como si lo hiciera la CTV en el período 2001-2002. Sin
embargo, su relativo crecimiento en los últimos años puede
explicarse por la misma situación de dispersión y división
presente en el bando de los trabajadores bolivarianos. A la vez, y
pese a lo avanzado que es el programa de gobierno que afirmaba
ejecutar el presidente Chávez y ahora Nicolás Maduro, en su
aplicación práctica suceden numerosas inconsecuencias que afectan
las condiciones laborales y el nivel de vida de los trabajadores, y
que permiten que algunos sectores obreros que antes se identificaban
con el proceso bolivariano hayan derivado hasta colocarse en la
oposición política al chavismo.
- NACIMIENTO DE LA UNETE
Luego
del paro petrolero de 2002-2003 se constituyó en Caracas la Unión
Nacional de Trabajadores (UNETE), central sindical cuyo nacimiento
indicaba el fin de la era cetevista. En asamblea nacional de
trabajadores realizada en Caracas el 5 de abril de 2003, se aprobó
la constitución de la Unión Nacional de Trabajadores, fue designada
una Coordinación Nacional horizontal con 21 miembros,
representativos de los sindicatos y regiones fundamentales, elaborada
un acta constitutiva y un cuerpo de estatutos. Se otorgó el mandato
a la coordinación nacional de la UNETE de construir las estructuras
nacionales y regionales de la nueva central. El 1 y 2 de Agosto de
2003 se realiza el 1er. Congreso de UNETE que aprueba la declaración
de principios, el código de ética sindical, la plataforma de lucha
y un acuerdo sobre la coyuntura del país. Se constituyeron las
seccionales regionales de UNETE en el país y se estructuraron los
sectores nacionales. Igualmente se discutieron las convenciones
colectivas más importantes del país.
La
UNETE representó al movimiento de trabajadores venezolano ante la
OIT y diversos escenarios internacionales entre 2003 y 2011. Las
profundas diferencias entre las tendencias bolivarianas que
integraban la UNETE llevó a que en 2006 la corriente de trabajadores
más ligada al oficialismo, la FSBT (Fuerza
Socialista Bolivariana de Trabajadores),
abandonara esta central y comenzara esfuerzos para construir otra
central paralela, esfuerzos que finalmente cristalizaron en 2011 con
la constitución de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores
(CBST), la que ha logrado agrupar a la casi totalidad de las
federaciones sindicales de carácter nacional ligadas al
bolivarianismo
- SURGE LA CBST COMO PRINCIPAL CENTRAL DE LA REVOLUCIÓN
Los
esfuerzos de la FSBT por constituir una central de trabajadores
paralela que diera al traste con la UNETE se concretaron el 10 de
noviembre de 2011 en el Coliseo “José María Vargas” de
Maiquetía, en el marco del llamado Primer Encuentro de Trabajadores
del Campo, la Ciudad y el Mar. Con la asistencia del presidente Hugo
Chávez y designando como presidente de la nueva central al dirigente
petrolero Will Rangel, la conformación definitiva de la Central
Bolivariana Socialista de Trabajadores permitió delinear con más
claridad el rumbo asumido por quienes lideran la revolución
bolivariana en cuanto a su política hacia el movimiento de
trabajadores7.
La disputa entre quienes defienden la autonomía sindical y quienes
postulan una subordinación de los sindicatos ante el partido de
gobierno y los órganos del estado culminó, por ahora, con el
triunfo de estos últimos.
El
nacimiento de la CBST, con la contundencia mediática del acto
realizado el 10 de noviembre de 2011 y el respaldo directo del propio
presidente Chávez, terminó de desplazar a la UNETE de la posición
privilegiada que hasta ese momento había ocupado como la principal
central de trabajadores del país (esa fortaleza de la UNETE se había
venido desmoronando en los años inmediatamente anteriores).
La
CBST se configura cada día como la central de trabajadores
ampliamente mayoritaria de Venezuela. En agosto de 2012 la corriente
sindical Marea Socialista, que hasta ese momento participaba en la
UNETE, anunció públicamente su respaldo a la nueva central CBST.
A
mediados de 2013, los sindicatos afiliados a la UNETE y relacionados
con la Corriente Sindical Cruz Villegas (vinculada al Partido
Comunista de Venezuela) han entrado en contradicciones con la
Corriente CTR (liderada por Marcela Máspero y principal corriente
sindical que sostiene a la debilitada UNETE)8.
Con ello, la UNETE ha quedado aún más debilitada, y la cantidad de
federaciones y sindicatos que reúne a nivel nacional es mínima.
No
obstante, dentro de la CBST existen corrientes políticas que
mantienen importantes diferencias sobre la forma de concebir al
movimiento de trabajadores y sobre sus formas de organización y
lucha, lo que presagia que dentro de ella se producirán importantes
debates y contradicciones sobre la marcha del movimiento obrero
bolivariano en los meses y años próximos.
La
directiva de la CBST quedó constituida por los siguientes dirigentes
de distintas ramas laborales: Will Rangel (sector petrolero y
presidente de la CBST), Franklin
Rondón (sector público), Orlando Pérez (educación), Francisco
Torrealba (ferroviario), Braulio Álvarez (campesino), Eglée Sánchez
(gráfico), Octavio Solórzano (salud), Marcos Tulio Díaz
(construcción), Carlos López (sector universitario y coordinador
nacional de la CBST), Julio Moreno (pescadores), Rubén Linares
(transporte pesado), Omar Acosta (sector público), Omar Mora (Cantv
y sectores conexos), Raúl Pinto (deporte), Jose Carrasco (empresas
recuperadas) y José Gil (empresas básicas).
- LA NUEVA LEY ORGÁNICA DEL TRABAJO (LOTTT)
La
reciente aprobación de una nueva Ley Orgánica del Trabajo9
que no sólo restituye los derechos conculcados en 1997, sino que
incorpora y profundiza nuevas reivindicaciones laborales y políticas,
y el masivo respaldo a dicha ley manifestado en la movilización de
centenares de miles de trabajadores el 1º de mayo de 2012, nos
presenta un cuadro político en el cual los trabajadores venezolanos
han comenzado a jugar un papel muy destacado en el sistema político
del país.
La
nueva LOTTT es la más reciente respuesta del gobierno bolivariano a
un proceso continuado de protagonismo de los trabajadores
desarrollado como respuesta al paro patronal-petrolero realizado por
Fedecámaras y la CTV en 2002-2003. A partir de allí, los
trabajadores comenzaron a movilizarse ensayando nuevos escenarios de
producción mediante la recuperación de empresas paradas y exigiendo
la nacionalización/re-nacionalización de empresas en manos
privadas, imponiendo formas novedosas de organización de la
actividad productiva mediante los consejos de trabajadores y el
control obrero, propuestas que encontraron eco en el gobierno
bolivariano y avanzaron a convertirse en políticas de Estado.
En
la esfera de las reivindicaciones económicas propias de las
negociaciones entre trabajo asalariado y capital, la realidad
presente en la Revolución Bolivariana ha profundizado derechos y
conquistas sin parangón en la vida política anterior del país.
Comenzando por la recuperación de lo perdido por los trabajadores en
la Reforma de la LOT en 1997: el cálculo del pago de la prestación
de antigüedad en base al último salario, y el pago doble de
prestaciones por despido injustificado, que se ha concretado con la
aprobación de la nueva Ley del Trabajo de abril-mayo de 2012. A la
vez en esta nueva LOTTT se han ampliado otros derechos como:
- Inamovilidad de dos años a la trabajadora después del parto.
- Inamovilidad de dos años al padre trabajador después del parto.
- Descanso pre y postnatal: 6 semanas antes del parto y 20 semanas después del parto.
- Guarderías: Desde los 3 meses hasta los 6 años. Pago de matrícula y mensualidades por el patrono.
- Jornada laboral de 5 días a la semana, dos días de descanso continuos y remunerados. Jornada diurna de 8 horas diarias y 40 horas semanales (antes eran 44 horas semanales, y un solo día de descanso oficial).
- Nuevos días feriados: Lunes y Martes de carnaval, 24 y 31 de diciembre.
- Bono vacacional: 15 días de salario normal más 1 día por cada año de servicio, hasta 30 días (antes eran 7 días de salario hasta 21).
- Bono de fin de año: 30 días (antes eran 15 días).
- Los reclamos por prestaciones sociales prescribirán a los 10 años (antes era 1 año). El resto de reclamos laborales prescriben a los 5 años (antes era 1 año).
- Queda prohibida la tercerización. En un lapso no mayor de 3 años los patronos se ajustarán a ella, incorporando a la nómina a los trabajadores tercerizados.
Estas
conquistas contempladas en la nueva LOTTT se suman a una serie de
aspectos desarrollados en estos 13 años de gobierno bolivariano,
siendo los más resaltantes:
- El decreto de inamovilidad que se ha mantenido desde 2003 y que protege al trabajador de ser despedido injustificadamente.
- La considerable modernización llevada a cabo en el Ministerio del Trabajo, en donde se ha ampliado el personal de cada Inspectoría y se ha fortalecido la capacidad de asistencia a los trabajadores a través de las Procuradurías del Trabajo, de los desempleados que son atendidos en las Agencias de Empleo, y de la seguridad laboral a través del INPSASEL. Otras políticas contra el desempleo han sido la misión Vuelvan Caras, y actualmente la misión Saber y Trabajo.
- El aumento del número de trabajadores sindicalizados y de sindicatos y federaciones 10.
Además,
la nueva LOTTT ha creado la figura de los Consejos de Trabajadores,
los cuales tendrán
atribuciones propias distintas a los sindicatos, y su organización y
funcionamiento se establecerá en leyes especiales.
La
definición contemplada en el artículo 25 de la LOTTT, que dice: “El
proceso social de trabajo tiene como objetivo esencial superar las
formas de explotación capitalista”,
constituye un aspecto que además de novedoso es radicalmente
avanzado con respecto a toda la anterior legislación laboral
venezolana, la cual, como ya dijimos, siempre se limitó a regular
las formas de explotación del trabajo asalariado por el capital.
Son
una serie de aspectos reivindicativos unos y políticos otros (en el
sentido de propuesta de transformación política y socio-económica),
que reunidos constituyen un avance histórico formidable con relación
a lo que venían siendo las conquistas de los trabajadores
venezolanos desde que comenzaron sus primeras formas de organización
en los albores del siglo XX.
Ya
quedó como cosa del pasado la simple lucha por reivindicaciones
económicas que caracterizó al sindicalismo venezolano desde sus
orígenes a comienzos del siglo XX. Por primera vez en la historia,
los trabajadores venezolanos han asumido como norte político
inmediato la superación de las relaciones capitalistas de producción
y el avance hacia un nuevo modelo productivo socialista.
- LOS DELEGADOS DE PREVENCIÓN Y LOS CONSEJOS DE TRABAJADORES
A
lo largo del proceso bolivariano han surgido dos nuevas expresiones
organizativas del movimiento de trabajadores: los Delegados de
Prevención, y los Consejos de Trabajadores. Los primeros derivados
de la reforma de la LOPCYMAT en 2005, y los segundos contemplados en
la recién aprobada Ley del Trabajo en mayo de 2012 (LOTTT). Aunque
los Consejos de Trabajadores no tuvieron existencia jurídica hasta
mayo de 2012, los mismos comenzaron a constituirse desde el 2003,
como expresión de grupos de trabajadores que deseaban mantener en
funcionamiento empresas paradas por los patronos durante el paro de
2002-2003, o empresas que habían sido abandonadas por esos mismos
patronos y que se encontraban sin actividad. Posteriormente, los
Consejos de Trabajadores comenzaron a ser promovidos desde el mismo
Estado, por el Ministerio del Trabajo y otros ministerios ligados a
la administración de fábricas recuperadas, aunque sin responder a
una política única y coherente (la nueva LOTTT establece que se
elaborará una ley especial para los consejos de trabajadores).
En
el caso de los Delegados de Prevención y los Comités de Seguridad y
Salud Laboral (CSSL), la promoción de los mismos ha corrido por
cuenta del INPSASEL, instituto adscrito al Ministerio del Trabajo, y
su expansión por todo el país y por diversas empresas e
instituciones públicas y privadas los ha convertido en una
herramienta organizativa casi tan generalizada como los propios
sindicatos11.
Aunque
sectores sindicales oposicionistas consideran que tanto los delegados
de prevención como los consejos de trabajadores son estrategias
políticas del gobierno bolivariano destinadas a debilitar la
capacidad de representación y lucha de los sindicatos, en la
realidad estas formas de organización han fortalecido la capacidad
de los trabajadores para hacer valer sus derechos constitucionales y
legales, a la vez que han permitido configurar nuevas propuestas de
transformación hacia el modelo económico imperante en el país, al
proponer por ejemplo el Control Obrero como un escenario de
reorganización democrática de las empresas del Estado12.
- RENACIMIENTO DE UN MOVIMIENTO OBRERO COMBATIVO
Un
último aspecto no menos significativo de los cambios suscitados en
el movimiento de trabajadores venezolano ha sido su considerable
movilización y confrontación contra las políticas de corte
neoliberal que permanecían en la gestión del gobierno bolivariano
(y que en algunos casos todavía se mantienen). Un ejemplo resaltante
lo fue la movilización de los trabajadores de Sidor por lograr la
renacionalización de esta empresa, privatizada en la década de los
90 en el marco de los paquetes neoliberales aplicados por Carlos
Andrés Pérez y Rafael Caldera. Luego de varios años de masivos y
violentos conflictos, en 2008 el gobierno de Chávez finalmente
accedió a nacionalizar a Sidor, a pesar de los problemas
internacionales que esto traía debido a los acuerdos económicos
existentes entre el gobierno bolivariano y Argentina.
Fue
un considerable y significativo triunfo de los trabajadores, el cual
abrió paso al posterior proceso por el Control Obrero que ha
abarcado a todas las empresas básicas de Guayana (el denominado Plan
Guayana Socialista)13.
Otro
ejemplo de significación ha sido la promulgación definitiva de la
nueva Ley del Trabajo, las Trabajadoras y los Trabajadores (LOTTT) en
mayo de 2012; es de resaltar que en los años 2009. 2010 y 2011 se
realizaron varias y masivas movilizaciones de trabajadores exigiendo
al gobierno la aprobación de la nueva ley (marchas convocadas
principalmente por la UNETE y los promotores del Control Obrero).
Aunque el gobierno retardó por más de una década esta nueva ley
del trabajo, finalmente aceptó promulgarla, echando para atrás
todas las medidas neoliberales que promulgara Rafael Caldera en 1997
al reformar la LOT (principalmente lo referido al cálculo de las
prestaciones sociales y la indemnización por despido)14.
El
movimiento de trabajadores venezolano del 2013, constituido a lo
largo del proceso bolivariano, contrasta con el movimiento de
trabajadores que en la década del 90 no pudo realizar jornadas de
lucha que detuvieran las reformas laborales neoliberales15,
pues en la actualidad se ha logrado enfrentar victoriosamente
aspectos fundamentales de las reformas neoliberales impuestas por
Pérez y Caldera16.
- CONTINUIDADES EN EL MOVIMIENTO OBRERO DEL PERÍODO BOLIVARIANO
En
cuanto a las continuidades presentes dentro del movimiento de
trabajadores venezolano, enumeramos en forma sistemática una serie
de expresiones negativas que lamentablemente se han mantenido y
desarrollado en las formas de organización de los trabajadores
surgidas en la última década:
- Aunque la nueva dirigencia de los trabajadores ha reivindicado una democracia participativa y protagónica como bandera de acción, en el escenario concreto de las organizaciones sindicales (salvo excepciones) se mantienen las prácticas “dirigentistas”, el accionar unilateral de los directivos y la ausencia de mecanismos de participación democrática que permitan hacer valer la opinión de las bases de trabajadores. Escasas asambleas, casi inexistentes referéndums consultivos, ausencia de equipos de trabajo, esta es la realidad que impera dentro de los sindicatos, federaciones, e incluso en los consejos de trabajadores y delegados de prevención17.
- La motivación principal de las luchas obreras sigue siendo el “economicismo” (lucha por reivindicaciones económicas) y el localismo (lucha exclusiva por sus propios intereses sin tomar en cuenta al resto de la clase trabajadora). A pesar del discurso socialista de los dirigentes, en su práctica cotidiana los movimientos de trabajadores expresan considerables limitaciones políticas en sus plataformas de lucha, repitiendo en muchos casos las viejas tendencias reformistas que caracterizaron al modelo cetevista.
- El paralelismo sindical, llevado a niveles extremos, se ha fortalecido en este proceso bolivariano. Si inicialmente pudiera tener justificación el que los trabajadores abandonaran los sindicatos de la CTV y conformaran sindicatos “bolivarianos”18, este proceso se ha extendido al extremo que cada dirigente bolivariano que pueda tener diferencias con otros, procede a constituir su propio sindicato. Sectores de la FSBT promovieron estas prácticas en años recientes como mecanismo de confrontación y debilitamiento hacia los sindicatos afiliados a la UNETE. Esta situación ha debilitado considerablemente la capacidad de lucha de la clase trabajadora. Tal vez el consenso creciente hacia la nueva CBST como central de trabajadores mayoritaria, pueda contribuir a desmontar las prácticas del paralelismo sindical y contribuir a la unificación organizativa de los obreros venezolanos.
- El sicariato dentro de las pugnas intersindicales se ha manifestado particularmente en el sector construcción. Los sindicatos y federaciones de la construcción, de organizaciones de trabajadores han pasado a perfilarse como mafias delictuales que controlan violentamente los centros de trabajo y aterrorizan a los trabajadores. Poco ha hecho el gobierno bolivariano por enfrentar esta situación. La recién aprobada LOTTT, al suprimir la posibilidad de que los sindicatos incorporen trabajadores en las empresas, pudiera comenzar a vislumbrar salidas a esta grave situación.
- La corrupción en el movimiento de trabajadores sigue estando presente, tal vez no tan descarada como lo fue en el período hegemónico de la CTV. Las prácticas de corrupción son promovidas por la patronal, tanto del sector privado como del público. Los patronos “compran” a los directivos sindicales para evitar situaciones conflictivas y garantizar así una “paz laboral”, ofreciéndoles vehículos, viviendas, préstamos y otras facilidades para mejorar sus condiciones personales de vida. La escasa formación de estos nuevos directivos sindicales, y la ausencia de mecanismos democráticos en los sindicatos que faciliten el desarrollo de una contraloría social, favorece que sucumban ante las prebendas que les ofrecen los patronos. En la medida en que mejore la formación de los líderes obreros y avance la unificación de sus organizaciones, existirán condiciones más favorables para derrotar estas prácticas de corrupción19.
- Existen prácticas neoliberales por parte del gobierno bolivariano que aún no han sido enfrentadas victoriosamente por el movimiento de trabajadores. Una de estas cuestiones es la negativa del gobierno a la discusión de contrataciones colectivas en algunos sectores de la administración pública, como el de empleados públicos, el universitario (recién discutida en 2013) y el sector salud20. Es de esperar que la progresiva consolidación de la nueva central socialista de trabajadores (CBST) permita organizar con mayor efectividad las luchas por lograr la discusión de estas contrataciones colectivas y otros derechos que han venido siendo desconocidos por el gobierno bolivariano.
CONCLUSIONES
La
realidad del movimiento obrero venezolano no ha estado exenta de
contradicciones, tropiezos y conflictos. La política del gobierno
bolivariano hacia el movimiento de trabajadores se caracterizó desde
un comienzo por la ausencia de definiciones claras y de propuestas
organizativas unificadas.
Fue
la circunstancia del golpe de estado de abril de 2002 y el paro
patronal-petrolero de diciembre 2002/febrero 2003, la que aceleró
procesos de transformación en el seno del movimiento de
trabajadores. La conformación de la Unión Nacional de Trabajadores
en abril de 2003 fue una consecuencia directa del paro petrolero y
del rechazo de amplios sectores sindicales a la conducta asumida por
la CTV. A partir de allí, la lucha interna dentro del chavismo por
alcanzar la hegemonía del movimiento de trabajadores ha
caracterizado la última década.
En
una situación general en la que hace peso el desconocimiento que
tenía Hugo Chávez con relación al movimiento obrero y sus
tradiciones de lucha en Venezuela y el mundo, y el carácter
aluvional del MVR-PSUV, en donde sus dirigentes tampoco responden en
su gran mayoría a una práctica político-organizativa que se
relacione con el mundo laboral-sindical, las políticas del gobierno
bolivariano hacia este sector se fueron desarrollando como reacción
a las luchas y propuestas de los mismos trabajadores, en ausencia de
una perspectiva clara que orientara el rumbo gubernamental en esta
esfera política.
Este
desconocimiento del mundo laboral llevó al propio presidente Chávez
a pronunciarse en contra de la autonomía sindical (marzo de 2007) y
solicitar que los sindicatos se subordinaran a las directrices del
PSUV y las líneas del Estado, opinión repetida en ese momento por
buena parte del tren directivo gubernamental. La reacción interna e
internacional que dentro del mundo sindical se generó en contra de
estas opiniones llevó a que pocos años después el presidente
terminara reconociendo la legitimidad histórica de la autonomía
sindical21
(julio de 2010), reivindicada incluso en la recién promulgada LOTTT
(art. 354).
Estas
circunstancias de confusión sobre qué política laboral desarrollar
pudieran explicar la razón de que la nueva LOTTT se haya retrasado
por más de una década, cuando el mandato de la Constituyente era de
que se promulgara en el plazo de un año, es decir, en el trascurso
del año 200022.
No
obstante, el rumbo general que ha mantenido la acción gubernamental
bolivariana hacia el movimiento de trabajadores no confirma sino
desmiente las acusaciones que desde el campo de la oposición se han
hecho al gobierno de Chávez. Mientras los voceros del oposicionismo
sindical al gobierno de Chávez, y ahora al de Nicolás Maduro,
insisten en calificarlo de antiobrero y represivo, el avance
sustancial y progresivo de las legislaciones y normas laborales por
una parte, y el respaldo prácticamente masivo de los trabajadores
venezolanos a las ejecutorías que en materia laboral ha adelantado
el proceso bolivariano, señalan una realidad que descalifica a
quienes parecen colocarse al margen de los procesos históricos que
se vienen sucediendo en el país.
El
accionar del movimiento obrero venezolano a lo largo del proceso
político bolivariano (1999-2013) se ha desarrollado trasgrediendo
las tradicionales formas de representación y participación política
que habían ejercido los trabajadores durante las cuatro décadas
anteriores (1958-1999). Ocupando la escena política como un
movimiento social que se desplegaba al margen de los sindicatos,
federaciones y centrales existentes hasta ese momento, los
trabajadores venezolanos se han constituido en actores políticos por
medio de luchas y formas organizativas que no han surgido de
directrices partidistas o estatales, sino del propio crecimiento
contradictorio de sus organizaciones sindicales y políticas.
Desde
la aparición del Frente Constituyente de Trabajadores (FCT, año
1998), pasando por la fundación de la Fuerza Bolivariana de
Trabajadores (FBT, año 2000), el movimiento de trabajadores
identificado con el chavismo ha generado multitud de corrientes
político-sindicales, siendo las más significativas la Fuerza
Socialista Bolivariana de Trabajadores (FSBT), Marea Socialista (MS),
el Colectivo de Trabajadores en Revolución (CTR), la Corriente Cruz
Villegas (CCV), la Corriente Marxista Revolucionaria (CMR), los
Educadores Bolivarianos (EB), y Trabajadores por la Patria (TPP).
La
existencia de estas corrientes ha estado atravesada por la
circunstancia que en todo este período el gran convocante de los
trabajadores fue el presidente Chávez, y el crecimiento y predominio
de una de estas tendencias (la FSBT) se debe precisamente al mayor
acercamiento de sus líderes al entorno presidencial. Nicolás
Maduro, fundador y dirigente principal de la FSBT, permaneció desde
incluso antes de llegar Chávez al gobierno como parte del círculo
más cercano al presidente, y sus funciones como Presidente de la
Asamblea Nacional primero y luego como Ministro de Relaciones
Exteriores contribuyeron a que la tendencia sindical que representa
se constituyera progresivamente en la que domina la esfera sindical
del chavismo organizado.
La
realidad del movimiento de trabajadores en Venezuela durante el
proceso de la llamada Revolución Bolivariana ha replanteado las
viejas discusiones que desde el siglo XIX y XX se desarrollaron sobre
las formas de lucha y de organización de los trabajadores y sobre el
concepto mismo de clase obrera. En un contexto mundial de auge de
poderosos movimientos sociales que derriban viejas dictaduras en el
llamado Tercer Mundo (como en Túnez y en Egipto) o generan
conflictos de relevancia en los propios países industrializados
(como los Indignados en España y los Ocupas en los Estados Unidos),
las luchas desarrolladas por los trabajadores venezolanos en estos
últimos 13 años han reabierto un rico debate teórico que considera
la vigencia de viejas tesis organizativas o la necesidad de asumir
nuevas perspectivas de análisis para entender y actuar ante una
realidad variable y compleja, considerablemente distinta a la que
enfrentaron los clásicos del marxismo.
El
mismo concepto de clase obrera ha sido puesto en cuestionamiento, así
como el pretendido “carácter dirigente” de esa clase obrera al
momento de asumir propuestas de revolución social. Al incorporar a
las organizaciones de desempleados como actores políticos relevantes
dentro de los procesos orgánicos suscitados en los últimos 13 años
en Venezuela, al considerar como trabajadoras a las amas de casa, al
considerar como sujetos de las leyes laborales y de la seguridad
social a los trabajadores informales, y al convocar políticamente a
todos los sectores desposeídos para que acompañen el proceso de
cambios sociopolíticos que se desarrolla en el país, se ha ampliado
el concepto de clase trabajadora y se ha incorporado una visión que
asume a los diversos movimientos sociales como la verdadera expresión
de la lucha de clases en el siglo XXI.
En
este debate se han incorporado aspectos que teniendo un considerable
desarrollo en el movimiento obrero de los países europeos de hace un
siglo (durante la Primera Guerra Mundial y posteriormente a ella),
como lo son los Consejos Obreros o Consejos de Trabajadores como
formas de organización para llevar a cabo la transición al
socialismo, nunca se habían tratado con anterioridad en nuestro país
(y por tanto, nunca se habían intentado experiencias prácticas de
consejos obreros), e incluso habían quedado olvidados en el debate
marxista y socialdemócrata desde hace ya medio siglo.
El
proceso político vivido en Venezuela desde 1999 no ha hecho más que
reafirmar la justeza de las elaboraciones teóricas que se
fundamentan en una concepción ampliada de lo que se entiende por
clase trabajadora y en la consideración de los movimientos sociales,
diversos y heterogéneos, como centro principal de la lucha de clases
mundial que se desarrolla en pleno siglo XXI.
Pero
a pesar de la amplitud del debate realizado en estos años, y de las
múltiples experiencias de organización asumidas por los
trabajadores venezolanos, la realidad actual de sus expresiones
orgánicas no constituye reflejo adecuado del rico proceso vivido.
Pese a la existencia de una central obrera mayoritaria, que reúne a
las principales federaciones sindicales del país, y que tiene una
considerable potencialidad si consideramos la enorme marcha realizada
el 1º de mayo de 2012, las estructuras de base de esta central
sindical no poseen mayor organicidad y perviven en ellas numerosos
vicios que amenazan su desarrollo inmediato.
Considerando
el relativo crecimiento de las experiencias de Control Obrero y de
organización de Consejos de Trabajadores, y el amplio desarrollo de
los Delegados de Prevención, las formas de organización del
movimiento de trabajadores en Venezuela implican hoy una complejidad
que aún no es asimilada por sus principales dirigentes. Se
manifiestan recelos y conflictos entre los trabajadores ubicados en
cada una de estas tres formas de organización: Sindicatos, Consejos
y Delegados de Prevención. Si bien las leyes laborales (LOTTT y
LOPCYMAT) integran las tres expresiones organizativas enfatizando sus
funciones complementarias y específicas, en los hechos son vistas
cada una como competidoras de los espacios ocupados por las otras, y
el escenario político inmediato augura posibles conflictos por la
preeminencia de una u otra forma organizativa, lo que sumado a los
vicios y deficiencias prevalecientes, configura un futuro inmediato
bastante contradictorio y exigente para el movimiento de trabajadores
en su conjunto.
En
los inicios de la segunda década del siglo XXI, los trabajadores
venezolanos debaten todavía si sus organizaciones deben estar
subordinadas al Estado y al partido (o partidos) de gobierno, o si
deben actuar manteniendo su autonomía de clase. También debaten
sobre si el proceso de transformación social anticapitalista se
puede desarrollar a partir de las verdades esclarecidas aportadas por
un grupo de “revolucionarios profesionales” (el “partido de
vanguardia”), o si ese proceso de cambios sólo podrá
desarrollarse a partir de la propia acción autónoma de los
trabajadores como clase. Es una vieja discusión que proviene del
siglo XIX, pero que pareciera que aún no está saldada ni en
Venezuela ni en el resto del mundo23.
Resaltando
en este proceso de organización, movilización, lucha y reflexión
teórica del movimiento de trabajadores suscitado en Venezuela
durante la última década, destaca la mayoritaria voluntad de la
clase trabajadora decidida a transitar los caminos de profundas
transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales,
afirmando que su norte es la construcción de un nuevo modelo
productivo socialista que acabe con la explotación del trabajo
asalariado por el capital y siente las bases de una verdadera
justicia social.
Pero
la actual hegemonía de tendencias políticas que no respaldan la
“autonomía sindical” y que en contrario promueven la
subordinación de las organizaciones obreras ante el Estado y el
partido dirigente, pudiera convertirse en un elemento que entrabe el
futuro crecimiento del movimiento de trabajadores o que lo desvíe
hacia caminos burocráticos que repetirían la experiencia de la
vieja CTV durante el período de democracia representativa
(1958-1999).
Ante
esta realidad, al propio movimiento de trabajadores le corresponde
reivindicar la autonomía de clase y promover escenarios de
intervención sociopolítica que mantengan la confrontación
simultánea contra las manifestaciones de explotación capitalista y
contra las expresiones de burocratización “socialistoide”.
Para
los trabajadores venezolanos, el camino a recorrer no puede ser ni el
que vive hoy la vieja Europa, con sus medidas desconocedoras de los
derechos laborales y sociales, ni tampoco el de la burocratización
estalinista que se observó en la URSS y que condujo a su colapso
político hace dos décadas.
El
Socialismo del Siglo XXI como norte de las luchas de los trabajadores
implica una ruptura radical con muchos dogmas fosilizados que
debilitaron las experiencias socialistas del siglo XX. Una clase
trabajadora en donde entran no sólo los obreros fabriles, sino en
general todos los trabajadores asalariados de la ciudad y el campo,
los desempleados, las amas de casa, las mujeres, los jóvenes, los
estudiantes, los campesinos, los indígenas, los afro descendientes,
los inmigrantes, los comunicadores de medios alternativos, los
activistas culturales, incluso los pequeños productores y pequeños
empresarios que también sufren y se rebelan contra la opresión del
capital.
Un
modelo económico alternativo que se distancia tanto del capitalismo
neoliberal que hoy se derrumba en Europa y los Estados Unidos, como
del capitalismo de estado que colapsó hace 20 años en la Europa del
Este, y que se fundamenta en la economía social, el cooperativismo,
el crecimiento de los órganos de poder popular y el control obrero
de la producción. Un concepto de vanguardia política que rompe con
el viejo concepto de “partido dirigente” e incluso se distancia
de esa pretendida cualidad innata y predeterminada de “clase
dirigente” que se le atribuía a los sectores obreros. Una visión
de la democracia que enfatiza en la participación y el protagonismo
popular más que en la conducción mesiánica de determinadas
individualidades.
Entrada
ya la segunda década del siglo XXI, los trabajadores han vuelto al
escenario político venezolano como actores clave que influyen y
determinan el rumbo de los procesos en curso, un escenario del cual
se habían alejado considerablemente desde hace más de medio siglo,
y cuyo desenvolvimiento actual expresa nuevamente los riesgos de
recorrer experiencias que impidan el cumplimiento de las expectativas
que hoy movilizan a centenares de miles de compatriotas.
Maracaibo,
Tierra del Sol Amada. Diciembre de 2013.
1Historiador.
Profesor Titular de la Universidad del Zulia. Facultad Experimental
de Ciencias. Departamento de Ciencias Humanas. Correo:
cruzcarrillo2001@yahoo.com.
2
Abogada Laboralista. Correo: carmenaliciahr@yahoo.com.
3
Confederación de Trabajadores de Venezuela, central mayoritaria en
el período 1958-2002.
4
Unión Nacional de Trabajadores y Central Bolivariana Socialista de
Trabajadores, respectivamente.
- 5SCHÜTT, Kurt-Peter. 2008. La situación de los sindicatos en Venezuela. http://library.fes.de/pdf-files/iez/05242.pdf. Fecha de consulta: 13/03/12.
- 6SANTOLO, Daniel. 2012. Denuncian corrupción en la CTV. http://www.aporrea.org/contraloria/n200777.html. Fecha de consulta: 14/03/12.
7
http://www.chavez.org.ve/temas/noticias/nace-central-bolivariana-socialista-trabajadores-trabajadoras-2/.
Nace la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores y
Trabajadoras. 11/11/2011. Consultado el 09/03/12.
8Llamado de la Corriente Cruz Villegas a la camarada Marcea Máspero. Página web www.luchadeclases.org. http://www.luchadeclases.org.ve/venezuela/colaboraciones/7444-llamado-de-la-corriente-cruz-villegas-a-la-camarada-marcea-maspero-dirigente-de-la-unete. Publicado el 11/07/2013. Consultado: 02/12/13.
- 9LEY ORGÁNICA DEL TRABAJO, LAS TRABAJADORAS Y LOS TRABAJADORES. Gaceta Oficial Extraordinaria Nº 6.076 de fecha 7 de mayo de 2012. http://www.lottt.gob.ve/
10
Según información aportada por Ricardo
Dorado, quien fuera Ministro del Trabajo en 2005-2006. Entrevista,
07/05/12.
- 11RONDÓN, Jesús. 2012. Entrevista. Realizada en Maracaibo, 08/06/12. Funcionario de Inpsasel y fue militante de la Juventud Obrera Católica.
- 12RONDÓN, Jesús. 2012-b. La participación de los trabajadores y trabajadoras en la lucha por la salud y seguridad en el trabajo. Libro digital publicado por Fundacite-Zulia. http://www.fundacite-zulia.gob.ve/download/librojesusarondondigital.pdf
- 13CARCIONE, Carlos. 2010. Experiencias de Democracia Obrera en la Venezuela Bolivariana. En: Revista Comuna. Nº 2. Centro Internacional Miranda. Caracas (Venezuela). P. 56-71.
- 14GARCÍA, Juan. 2012. Entrevista. Realizada en Caracas, 14/05/2012. Miembro de la Coordinación Nacional de Marea Socialista.
- 15ELLNER, Steve. 2009. Las reformas neoliberales y la crisis política venezolana, 1989-1999: antecedentes de la llegada de Hugo Chávez al poder. En: Diez años de Revolución en Venezuela. Historia, Balance y Perspectivas (1999-2009). Editorial Maipue. Buenos Aires (Argentina). P. 21-44.
- 16PÉREZ BORGES, Stalin. 2011. Hacia un nuevo modelo sindical. En Revista Comuna nº 3: Nuevo modelo productivo bajo control obrero y comunitario. Fundación Centro Internacional Miranda. Caracas (Venezuela). P. 63-97.
- 17PÉREZ BORGES, Stalin. 2011. Hacia un nuevo modelo sindical.
18
La CTV nunca facilitó la realización de
prácticas democráticas en su seno cuando estaba en disputa su
control hegemónico sobre el movimiento obrero. Recordemos la
intervención por la CTV del sindicato de Sidor en 1981 luego del
triunfo de la Causa R en dicho sindicato.
19
En esa dirección hemos desarrollado desde el 2005 tres Cursos de
Formación Sindical y Sociopolítica (en 2005, 2006 y 2011) y cinco
cohortes del Diplomado en Formación Sindical, Consejos de
Trabajadores y Prevención Laboral (en 2009, 2010, 2012 y dos en
2013), con el aval de la Universidad del Zulia. En lo organizativo,
contribuimos a la constitución de la Unión Nacional de
Trabajadores en el Zulia, en 2006, y fuimos parte de su comité
ejecutivo hasta 2012. Antes de eso, entre 1998 y 2000, fundamos y
actuamos en el Zulia en el Frente Constituyente de Trabajadores,
vinculado al proceso de la Asamblea Nacional Constituyente y a los
derechos laborales allí contemplados. Actualmente integramos el
Consejo Consultivo de la CBST en el estado Zulia.
- 20SALCEDO, Alberto. 2012. Entrevista. Realizada en Maracaibo, 11/06/12. Miembro de la Coordinación Nacional de la UNETE y de la Corriente CTR.
21
En su intervención ante el Encuentro Sindical Nuestra América,
celebrado en el Hotel Alba Caracas, julio de 2010.
22
El mandato constitucional se refería específicamente a una
“Reforma” de la vigente Ley Orgánica del Trabajo (Punto nro. 3
de la Disposición Transitoria Cuarta de la CRBV).
23
En los debates surgidos en las recientes luchas sociales tanto en
Grecia como en España se ha replanteado este tema de las
vanguardias dirigentes versus la autodeterminación de los
movimientos sociales. Las diferencias existentes en este terreno
limitan incluso la posibilidad de acuerdos unitarios para el
desarrollo de conflictos, luchas y hasta participaciones
electorales.
CARCIONE,
Carlos. 2012. Entrevista.
Realizada
en Caracas, 14/05/2012. Investigador del Centro Internacional
Miranda.
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