domingo, 25 de abril de 2021

 Llamado a Exigir un Plan Nacional de Vacunación Concertado, Universal y Transparente




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 - www.aporrea.org/ddhh/n363828.html

28 de marzo de 2021.-

Por iniciativa de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución (PCDC) y el Grupo Pensamiento Crítico (GPC) se está promoviendo una Exigencia Pública a las Instituciones del Estado, para que se avance de manera urgente en un Plan Nacional de Vacunación Concertado, Universal y Transparente de carácter masivo, inmediato y orientado a garantizar el Derecho a la Salud de toda la población del país. Hacen un llamado para incorporarse a esta iniciativa utilizando cada quien y/o cada colectivo los medios de los cuales disponga para impulsarla en forma urgente. Si adicionalmente deciden suscribir este documento, pueden hacerlo a través del siguiente correo: plataformaciudadana2020@gmail.com

A continuación la Exigencia Pública:

EXIGIMOS UN PLAN NACIONAL DE VACUNACIÓN

CONCERTADO, UNIVERSAL Y TRANSPARENTE

PLATAFORMA CIUDADANA EN DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN (PCDC) Y GRUPO PENSAMIENTO CRÍTICO (GPC)

Esta pandemia es el síntoma de la profunda crisis que amenaza la vida del planeta. El capitalismo destroza al mundo convirtiendo la naturaleza en mercancías para el mercado global, y esa destrucción es el determinante del "salto" al ser humano de un virus que circula naturalmente entre animales desde hace miles de años. En palabras de Boff, teólogo brasileño: "enfermamos al planeta, y el planeta nos enferma a nosotros"; o como dice Harvey, geógrafo británico, "esta pandemia es la venganza de la naturaleza por el profundo deterioro ambiental que le hemos ocasionado". Pandemia, enfermedades emergentes, cambio climático, incremento de la magnitud y severidad de los desastres naturales, son simples, pero macabras, expresiones del deterioro que le ha producido a la naturaleza el capitalismo extractivista y ecocida. Si creemos que el problema de la pandemia lo resolvemos con una vacuna, es porque somos incapaces de ver la crisis que afecta al mundo actual y el daño que estamos ocasionando a la madre tierra. Para enfrentar esta epidemia podemos necesitar una vacuna, pero si no resolvemos el problema central, vendrán nuevas epidemias. Por eso afirmamos: LA VACUNA ES NECESARIA, PERO INSUFICIENTE.

LA VACUNA NO PUEDE SER UN NEGOCIO PARA POCOS, DEBE SER UN DERECHO PARA TODOS

Las vacunas, como los medicamentos, están regidas por la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo cual transforma a las vacunas en mercancías. Para ser país miembro de la OMC es obligatorio firmar el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio conocido por sus siglas ADPIC. Ese tratado establece patentes que se convierten en monopolios que impiden la producción y comercialización masiva de vacunas y medicamentos. Hace pocos días Sudáfrica y la India llevaron a la OMC una propuesta para liberar a las vacunas de las patentes, pero a pesar de que recibió el apoyo de más de cien países, los EE.UU y la Unión Europea bloquearon e impidieron su aprobación. Eso demuestra el carácter no democrático de ese organismo, y la prevalencia de los intereses económicos de la industria farmacéutica sobre la salud de la población. Nuestra propuesta es que las vacunas no pueden ser un negocio para enriquecer a unos pocos, son parte fundamental del derecho a la salud.

ENORMES DESIGUALDADES EN ACCESO Y DISTRIBUCIÓN DE VACUNAS

Existe un grave problema en la distribución y aplicación de las vacunas a nivel mundial. Los EE.UU con solo 4 % de la población mundial han acaparado el 25 % del total de vacunas. Se estima que para el día de hoy se han aplicado en el mundo alrededor de 490 millones de dosis, lo que representa menos del 10 % de la población mundial, y cerca del 80 % se han aplicado en sólo diez países, el resto del mundo está desprotegido. En América Latina se han aplicado alrededor de 40 millones de dosis, el 90 % de ellas en cinco países (Brasil, México, Argentina, Chile y Colombia). En Venezuela no se conoce la cifra de vacunas aplicadas, pero se estima de las más bajas del continente.

Esto plantea un problema de gran importancia, la SOBERANIA SANITARIA, entendida como la capacidad de un país o región, para proveerse de los conocimientos, tecnologías e insumos necesarios, incluidas vacunas y medicamentos, para satisfacer las necesidades de salud de la población y garantizar su derecho a la salud. Pocos son los países que cuentan con una industria farmacéutica pública que permite garantizar independencia y soberanía. El grueso del mundo, y también Venezuela, es dependiente de la gran industria farmacéutica privada. Y se da un fenómeno deplorable, los Estados financian la investigación, pero es la empresa privada la que desarrolla la tecnología, y luego vende al Estado su producto. En pocas palabras, el Estado invierte y compra, y la industria farmacéutica produce y gana. Un ejemplo: MODERNA, empresa de los EE.UU recibió el 100 % del financiamiento para la producción de su vacuna del presupuesto público, pero la vende a un promedio de 30 dólares la dosis. Esa empresa facturó en el 2019 la cantidad de 217 millones de US$, en el 2021 se estima que facturará 29.000 millones de dólares. Ese es el gran negocio: el estado paga, para que el gran capital gane. Y no existen dudas en relación a la pugna por el control del mercado mundial de vacunas, ya lo vimos con la guerra publicitaria que generaron los anuncios preliminares de su aprobación y efectividad, lo hemos visto en los ataques a las vacunas rusa, china y cubana, y ahora, pareciera que parte de la impugnación a la vacuna de AztraZeneca gira alrededor de esa disputa por el mercado, sin poner en duda los posibles efectos adversos que vienen siendo investigados.

Alertamos, existen grandes vacíos de conocimiento alrededor de esta pandemia, uno de ellos en relación a las vacunas y la inmunidad. No se sabe cuál será la duración de la inmunidad que producirá la vacuna, que se puede reducir a uno o dos años, lo que convendría a la industria farmacéutica, para hacernos dependientes de vacunas, que tendrían que repetirse anualmente. No se sabe tampoco con certeza la protección de estas vacunas ante las diversas variaciones y mutaciones del virus. Estos vacíos de conocimientos, nos hacen presa fácil de los intereses del gran capital farmacéutico y del complejo médico industrial que ha convertido esta pandemia en una gran oportunidad de ganancias.

SOBRE LA VACUNACIÓN EN VENEZUELA

Aunque necesario, no pretendemos en esta Declaración analizar la pandemia en Venezuela, solo comentaremos lo relativo a las vacunas.

Señalamos en primer lugar, que no existe información oficial sobre el tema. Al revisar la página web del MPPS se aprecia que no existe información sobre vacunación para el COVID. La inexistencia de un Plan Nacional de Vacunación que haya sido presentado y publicado es una severa deficiencia. El secretismo y la opacidad son dos características del modelo informativo del gobierno nacional. Las siguientes, son informaciones que provienen de fuentes oficiales, pero a través de los reportes de prensa del Presidente o sus representantes:

  1. En el segundo semestre del 2020 se participó en la investigación fase III de la vacuna rusa Sputnik. Aprobada esa vacuna, a inicios del año, se recibieron 100 mil dosis, que el presidente Maduro anunció como parte de la compra de 10 millones de vacunas, por cierto a 200 millones de dólares, bastante por encima de su precio internacional. Esas vacunas iníciales, fueron aplicadas discrecionalmente en los altos niveles de dirección política, militar y sanitaria del país. No está definido cuando vendrán esas vacunas. URGE DEFINIRLO.
  2. A inicios de marzo se recibió de China la donación de 500.000 dosis de vacuna, que aparentemente se están aplicando a personal de los sectores salud y educación, pero sin plan conocido, y pareciera que con alguna discrecionalidad. Hay denuncias de que es más fácil vacunarse si se tiene un amigo en el poder, que si se está en la primera línea de trabajo.
  3. Se autorizó a FEDECAMARAS para importar 6 millones de dosis, para ser aplicadas en los trabajadores de la empresa privada, y de allí donarán un millón de dosis al gobierno, a ser utilizadas en sectores priorizados.
  4. Existe una compleja situación con el COVAX (mecanismo creado por la OMS y dos asociaciones público privadas: GAVI y CEPI), inicialmente se condicionó la participación de Venezuela en ese mecanismo al pago de una deuda, ante lo cual el gobierno acusó a las sanciones económicas de dificultar ese pago. Posteriormente se anunció un acuerdo gobierno-oposición que resolvió el tema utilizando fondos venezolanos bloqueados por el imperio; pero luego surgió la discusión que en estos momentos ocupa la opinión pública: que las vacunas que vendrían por COVAX son de AstraZneca, y el presidente expresó en relación a esa vacuna, que "no se permitirán vacunas que estén causando estragos en el mundo", lo cual es una expresión de desconocimiento de lo que sucede en el mercado mundial de vacunas. De resolverse esa diatriba, innecesariamente politizada, vendrían a Venezuela alrededor de 2 millones de dosis vía COVAX.
  5. Se participará con voluntarios en la investigación fase III para el candidato vacunal cubano. Atención, esta participación NO DEBE CONFUNDIRSE CON VACUNACION, es una investigación que forma parte de las etapas necesarias para la aprobación de la vacuna, que se hace en voluntarios, de los cuales una proporción importante no reciben vacuna sino placebo.

Vale señalar, que teniendo Venezuela una población mayor de 15 años de aproximadamente 20 millones de habitantes, se requerirían 40 millones de dosis si queremos inmunizar al 100 % de la población, y 28 millones de dosis si quisiéramos inmunizar solo al 70 %, en la perspectiva de alcanzar una inmunidad poblacional. Sin embargo, las ofertas y ofrecimientos existentes alcanzan sólo a 18 millones de dosis, lo que permitiría inmunizar solo al 45 % de la población, y pareciera que en plazos de tiempo muy lejanos, mientras la epidemia hace estragos en la población. ES URGENTE UN PLAN DE VACUNACION INMEDIATO Y MASIVO.

Para concluir estos comentarios, es indispensable señalar que uno de los problemas fundamentales en el manejo de la pandemia a nivel nacional, ha sido la ausencia total de información pertinente y adecuada para conocer la dinámica de la pandemia. La información epidemiológica disponible en la página web del MPPS es absolutamente insuficiente. En revisión de las páginas web de los Ministerios de Salud de la región, la de Venezuela es una de las más pobres y deficientes. Esto sin duda, es parte del secuestro de la información epidemiológica de que es objeto Venezuela desde el 2016, fecha desde la que no se publican boletines epidemiológicos. Un ejemplo lamentablemente de esta insuficiencia informativa, lo constituye el diario boletín gubernamental, que proporciona una breve información cuantitativa de casos y muertes, pareciera que con un gran subregistro de las cifras reales, y sin los atributos que permitan conocer la dinámica epidémica. No es posible conseguir información sobre el impacto de la pandemia en los diversos grupos étnicos, ni tampoco en los trabajadores de la salud. Además, se informa el número de pruebas diagnósticas que se realizan, pero no se señala ni el tipo de prueba, ni sus resultados. A pesar de que oficialmente no se ha reconocido, diversas fuentes coinciden en señalar el fallecimiento de más de 300 médicos y enfermeras. Es inaceptable el silencio gubernamental ante el severo impacto de la pandemia en los trabajadores de la salud. Exigimos información veraz y garantía de protección y adecuadas condiciones de trabajo. Lamentablemente la información proporcionada es insuficiente y expresa poco rigor epidemiológico y científico. ES INDISPENSABLE CONTAR CON INFORMACIÓN MÁS PRECISA Y TRANSPARENTE.

EXIGENCIAS

Exigimos transparencia en la información. La información epidemiológica debe ser considerada un bien público indispensable para el análisis de la situación de salud y la toma de decisiones. EXIGIMOS AL GOBIERNO NACIONAL LA PUBLICACIÓN DE LOS BOLETINES EPIDEMIOLÓGICOS en particular los relacionados con la pandemia. No es suficiente la pobre información que se publica diariamente en las páginas oficiales.

Exigimos la presentación urgente de un Plan Nacional de Vacunación, que sea analizado, discutido y concertado con el país. La vacunación no puede ni debe ser partidizada, debe ser un esfuerzo en el que participen todos los sectores de la vida nacional, y ser visto como parte de la reconstrucción y recuperación del país. Los trabajadores de la salud, las universidades, academias y sociedades científicas, tienen un papel que debe ser reconocido y valorado. En ese plan es indispensable dar una real prioridad a los trabajadores de la salud, que se han visto terriblemente afectados en la pandemia. La vacunación nacional, masiva y gratuita debe comenzar de inmediato.

La PCDC y el GPC conscientes del papel que deben jugar en el diseño de una propuesta de reconstrucción nacional, ofrece esta opinión al gobierno y al pueblo de Venezuela, con la esperanza de que se pueda contribuir a enrumbar las acciones necesarias para combatir la pandemia.

LAS VACUNAS DEBEN SER UN BIEN PÚBLICO GLOBAL, NO PUEDEN SEGUIR SIENDO TRATADAS COMO MERCANCÍAS, SON PARTE FUNDAMENTAL DEL DERECHO A LA SALUD

¡PLAN NACIONAL DE VACUNACIÓN YA!


GRUPO PENSAMIENTO CRÍTICO

José León Uzcategui 

Jesús Puerta

 Javier Biardeau 

Mariano Crespo 

Carmen Irene Rivero

Oscar Feo

Franco Silvio

Miguel Arévalo

Guillermo Pereira

Deyanira Núñez 

Jesús Urbina

Janis Ladskin 

Rafael Durán

Joselín Gutièrrez

PLATAFORMA CIUDADANA EN DEFENSA DE LA CONSTITUCIÓN

Juan García Viloria

Roberto López Sánchez

Oly Millán

Gustavo Márquez

Edgardo Lander

Santiago Arconada

Ana Elisa Osorio

Esteban Emilio Mosonyi

Héctor Navarro


Otras firmas de respaldo al documento:

  • Yoner Arrioja Gaitán  Cédula: 5.360.356
  • Alirio Rangel Díaz Cédula 5.501.795 Agricultor. Red de semillerista de papa del Estado Trujillo y miembro de Fundaconuco
  • Libertad León González
  • Ana T. Gómez F. Socióloga
  • Keymer Ávila, Investigador y Profesor de la UCV
  • Luis Fuenmayor Toro, V-2158566, médico y profesor universitario
  • Daniel Nieto Andueza C.I.: 7.409.364
  • Dra. Emperatriz Eunice Arreaza Camero, Profesora Titular Emerita de Universidad del Zulia, Coordinadora del Centro de Estudios Canadienses- Zulia
  • Aismara Borges. Médica de Salud Pública, Profesora jubilada de la UC, colaboradora ad honoren del IAE  "Dr. Arnoldo Gabaldón”
  • MariaElena García Díaz  CI: V-2.997.357


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 Profesores Universitarios se pronuncian ante la eliminación de las Carreras Humanísticas

 - www.aporrea.org
 - www.aporrea.org/educacion/n362312.html

25 de enero de 2021.-

Con motivo de la presentación por el ministro de Educación Universitaria del documento: "Redimensión del Sistema Nacional de Ingreso Universitario" (Ver en PDF) en el cual se establecen 145 carreras como prioritarias para la oferta académica del año 2021, profesores de la Universidad del Zulia, Universidad de Los Andes, Universidad de Carabobo y Universidad Central de Venezuela, principalmente, se han pronunciado exigiendo al gobierno nacional que explique al país en qué se traduce, en términos de financiamiento presupuestario y adjudicación de cupos estudiantiles, la "redimensión" del ingreso universitario que coloca a casi todas las carreras humanísticas fundamentales como "no prioritarias".

Carreras como la Antropología (Antropología Biológica, Arqueología, Antropolingüística y Antropología social y cultural), Historia, Sociología, Filosofía, Letras, Geografía, Artes, Ciencias Políticas, Estudios Internacionales, Ciencias Jurídicas, Comunicación Social (que no solo es periodismo), Bibliotecología, Educación Mención Historia y Mención Geografía, Psicología, Trabajo Social, Ciencias Estadísticas y Actuariales, no aparecen mencionadas dentro de las 145 "carreras prioritarias" establecidas oficialmente en el citado documento.

Plantean los docentes que para ejecutar proyectos productivos en zonas campesinas, zonas de población indígena, grandes centros urbanos, territorios limítrofes, para mencionar algunos ejemplos, se requiere de estudios multidisciplinarios con el concurso de antropólogos, sociólogos, historiadores, geógrafos, comunicadores sociales, trabajadores sociales, psicólogos, y demás profesionales que aporten diagnósticos, explicaciones y propuestas vinculadas y en armonía con el escenario productivo que se ejecuta.

"Un proyecto productivo que no tome en cuenta los recorridos históricos, la identidad cultural, los acervos patrimoniales, los procesos culturales existentes, las variables geográficas y la realidad social en general, difícilmente podrá responder a las necesidades de la Nación y por tanto nunca podrá constituirse en "la solución de los problemas del pueblo". Puesto que ni siquiera conoce al pueblo, en su realidad nacional y regional-local, ignora su historia, su multiculturalidad y multietnicidad, sus tradiciones de lucha y sus conflictos actuales, sus costumbres y sus prácticas comunitarias".

A continuación el documento completo presentado por los docentes, y adjunto el documento: REDIMENSIÓN DEL SISTEMA NACIONAL DE INGRESO UNIVERSITARIO, BASADO EN LA REACTIVACIÓN DEL APARATO PRODUCTIVO NACIONAL, presentado por el ministro Trompiz.

LAS CARRERAS UNIVERSITARIAS Y LA RESOLUCIÓN

DE LAS NECESIDADES DEL PUEBLO

Y LA NACION

INTRODUCCION

En diciembre 2020 el Ministerio para la Educación Universitaria presentó de manera pública un documento titulado “Redimensión del Sistema Nacional de Ingreso Universitario”[1], el cual establece las carreras prioritarias según la perspectiva del gobierno nacional, que se relacionan con “la economía productiva” y responden a las “necesidades de formación de la nación”. De acuerdo con ello, el ministerio establece “la oferta de 15 carreras base en las áreas prioritarias, 21 carreras derivadas y 109 complementarias, las cuales constituyen la nueva oferta académica 2021”.

En dicho documento se ignoran las ciencias sociales y humanísticas que son fundamento imprescindible para el cumplimiento de los principios consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en lo relativo al establecimiento de una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y pluricultural y que ratifica LOS DERECHOS CULTURALES Y EDUCATIVOS de los venezolanos y las venezolanas, a la educación, en todos sus niveles y modalidades, como función indeclinable y de máximo interés para el Estado, que sirve como “instrumento del conocimiento científico, humanístico y tecnológico al servicio de la sociedad”.[2]

Carreras como la Antropología (Antropología Biológica, Arqueología, Antropolingüística y Antropología social y cultural), Historia, Sociología, Filosofía, Letras, Geografía, Artes, Ciencias Políticas, Estudios Internacionales, Ciencias Jurídicas, Comunicación Social (que no solo es periodismo), Bibliotecología, Educación Mención Historia y Mención Geografía, Psicología, Trabajo Social, Ciencias Estadísticas y Actuariales, no aparecen mencionadas dentro de las 145 “carreras prioritarias” establecidas oficialmente en el citado documento.

La justificación central para establecer esas “carreras prioritarias” es la “reactivación del aparato productivo nacional”. Para ello el documento cita al presidente Nicolás Maduro al intervenir en un acto de graduación de Médicos Comunitarios en octubre de 2020: “Las prioridades de la República es la salud pública, la educación pública, la producción de alimentos, la producción de medicinas, la producción de los energéticos; las prioridades de la República están en el desarrollo industrial, en el desarrollo de la ciencia, la innovación, la tecnología; en el desarrollo de los sistemas de vivienda, ahí están las prioridades de la República. En la economía real, en la sociedad real, en la solución de los problemas del pueblo, ahí están las prioridades

Pero ni la sociedad venezolana actual, ni ninguna sociedad del mundo, están integradas por compartimientos estancos. Todo lo contrario, la realidad venezolana, con su profunda crisis en todos los órdenes, tiene que ser vista en su complejidad integrada para poder ser comprendida y explicada, y a partir de allí, determinar la solución de los problemas de nuestra sociedad. Como plantea Edgar Morin[3]: “Se debe elaborar una lógica de la complejidad, que entienda que la sociedad es un tejido de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados: que presenta la paradoja de uno y múltiple” (Morín, 2000).

Toda actividad productiva a desarrollar en cualquier punto de Venezuela requiere de una visión científica y humanística que la haga viable, perdurable y que le permita alcanzar los objetivos propuestos. Los estudios multidisciplinarios para ejecutar proyectos productivos en zonas campesinas, zonas de población indígena, grandes centros urbanos, territorios limítrofes, para mencionar algunos ejemplos, requieren del concurso de antropólogos, sociólogos, historiadores, geógrafos, comunicadores sociales, trabajadores sociales, psicólogos, y demás profesionales que aporten diagnósticos, explicaciones y propuestas vinculadas y en armonía con el escenario productivo que se ejecuta.

Un proyecto productivo que no tome en cuenta los recorridos históricos,  la identidad cultural, los acervos patrimoniales, los procesos culturales existentes, las variables geográficas y la realidad social en general, difícilmente podrá responder a las necesidades de la Nación y por tanto nunca podrá constituirse en “la solución de los problemas del pueblo”. Puesto que ni siquiera conoce al pueblo, en su realidad nacional y regional-local, ignora su historia, su multiculturalidad y multietnicidad, sus tradiciones de lucha y sus conflictos actuales, sus costumbres y sus prácticas comunitarias.

Un profesional universitario que sólo conozca de cálculo, de algoritmos y reacciones químicas, pero sin preparación humanística, será insensible a la pintura, a la danza, a la literatura y a las artes en general. Su ciencia y su técnica carecerán de alma; alienado como estará de su entorno social, apenas si será un simple operario de los sistemas que dominan el mundo. Pensará que el mundo es así como lo ve, sin imaginación para entrever siquiera otra vida posible frente a la que nos destinan los demiurgos que se ocultan tras la fachada de los poderes corporativos.

LA UNIVERSIDAD COMO IMPULSORA DE CIENCIA Y CULTURA AL SERVICIO DE LA NACIÓN

La necesidad de una educación y una formación que integre múltiples disciplinas y múltiples conocimientos las planteó ya en el siglo XIX nuestro Simón Rodríguez, maestro insigne del Libertador:

La política es como la medicina. Antes se graduaba un estudiante con los aforismos de Hipócrates, sin entenderlos. Hoy debe saber por qué se establecieron los aforismos, y ser capaz de someterlos a su crítica para ser médico, aunque no se gradúe ... El médico ha de ser hoy filósofo y físico, y el político, todo, porque la ciencia de la sociedad se compone de todos los conocimientos, de todos los movimientos, y de todas las relaciones del hombre[4].

El mismo Simón Bolívar, al responder a críticas de un viajero francés que dudaba de sus conocimientos, expresó claramente:

“Ciertamente que no aprendí ni la filosofía de Aristóteles, ni los códigos del crimen y del error; pero puede ser que Mr. De Mollien no haya estudiado tanto como yo a Locke, Condillac, Buffon, D’Alembert, Helvetius, Montesquieu, Mably, Filangieri, Lalande, Rousseau, Voltaire, Rollin, Bethot y todos los clásicos de la antigüedad, así como filósofos, historiadores, oradores y poetas; y todos los clásicos modernos de España, Francia, Italia y gran parte de los ingleses. Todo esto lo digo muy confidencialmente a Ud. para que no crea que su pobre presidente ha recibido tan mala educación como dice Mr. De Mollien[5].

Como afirma Boaventura de Sousa Santos[6], cuando se impuso el neoliberalismo como modelo global del capitalismo, y especialmente en los países latinoamericanos que vivieron dictaduras militares en las últimas décadas del siglo XX, se indujo una crisis institucional en las universidades con dos objetivos: “reducir la autonomía de la universidad,  y eliminar la producción y divulgación del pensamiento libre y crítico; y poner a la universidad al servicio de proyectos modernizantes autoritarios…”

A este respecto no está de más recordar la profunda reorganización universitaria aplicada por las dictaduras militares en Chile y en Argentina durante los años 70-80, que incluyó la eliminación de carreras universitarias como Educación, Sociología, Trabajo Social y Comunicación Social[7], como parte de un proceso más amplio de “saneamiento” y “limpieza” de las universidades, extirpando de ellas todas las expresiones de pensamiento crítico, incluyendo el despido de profesores y alumnos de los cuales se sospechara su afinidad ideológica con los gobiernos progresistas que habían derrocado, la imposición de nuevas autoridades rectorales (que en algunos casos como en la Universidad de Concepción –Chile- no eran docentes sino trabajadores administrativos, y sobre todo, militares de carrera)[8].

La dictadura establecida a partir del 11 de septiembre de 1973 transformó la sociedad chilena en sus múltiples dimensiones: política, social, económica y cultural. En el caso de la educación superior, a los pocos días de ocurrido el golpe de Estado se implementaron medidas de intervención y reestructuración de las casas de estudios, orientadas a revertir las conquistas en materia de modernización y democratización realizadas durante el proceso de Reforma Universitaria. Una de las primeras medidas fue designar rectores -militares en ejercicio o en retiro- representantes de la Junta Militar en las universidades, con amplias atribuciones … En ese escenario, la Universidad Técnica del Estado y su comunidad fueron duramente reprimidas: Casa Central atacada con artillería, rector, académicos, estudiantes detenidos y llevados a diferentes campos de prisioneros, reducción de la matrícula, reorganización académica y administrativa, eliminación de carreras y cursos, entre otras medidas.”[9]

Pero las trasformaciones regresivas de los modelos universitarios no se quedaron en la exclusividad de los gobiernos militares del Cono Sur. La imposición de visiones tecnocráticas y productivistas en las universidades ha tenido su desarrollo continuado en las últimas décadas.

De Sousa Santos cuestiona la visión que desde el Banco Mundial se ha difundido sobre las universidades de la periferia capitalista, al concebir el trabajo universitario exclusivamente como trabajo docente, sin espacio para la investigación. Parte –el Banco Mundial- de concebir que los países del Sur no tienen condiciones ni las tendrán a mediano plazo para una producción científica propia[10]. Quedando esa capacidad de producir nueva ciencia reservada exclusivamente para las universidades del llamado “primer mundo”. Para el Banco Mundial, que desde hace más de 40 años ha sido una de las principales instituciones financieras mundiales impulsoras del neoliberalismo, junto al Fondo Monetario Internacional, las universidades en los países de escaso desarrollo no juegan ningún papel en la construcción de los proyectos de país ni en la creación de pensamiento crítico y de largo plazo. En términos reales, la visión educativa de las instituciones financieras multilaterales le reserva el monopolio de la creación científica y cultural a los institutos de investigación públicos y privados de las grandes potencias industriales.

A esto se une que el neoliberalismo dominante ha transformado a la universidad, en su conjunto, en una empresa que produce para las necesidades del mercado y que se convierte en sí misma en un mercado “académico”. Al exigir que la universidad se vincule exclusivamente a la producción, vacía al mismo tiempo cualquier preocupación humanista o cultural[11].

Henry Giroux, uno de los principales exponentes de la pedagogía crítica en los Estados Unidos, expone cómo en las recientes décadas de este siglo XXI fuerzas conservadoras han librado una campaña para socavar los principios de la libertad académica, sacrificar la práctica pedagógica crítica en nombre de lo “patrióticamente correcto”, y despojar a la universidad de su autonomía[12]. Estos extremistas conservadores y los intereses corporativos buscan despojar al profesorado universitario de toda autoridad, eliminar la protección laboral, reducir la pedagogía a una mera tarea instrumental, y suprimir en general la educación crítica, cerrándole el paso a que la universidad pueda cumplir una función como creadora de conciencia cívica, ciudadanía comprometida y responsabilidad social.

Un profesional universitario sin memoria histórica será un ciudadano perdido en el devenir del tiempo, sin saber qué hacer ni cómo ubicarse ante la realidad de su propio mundo y de la sociedad en que vive. Sin filosofía y sin historia no estará debidamente consciente del rumbo que lleva su existencia, y que no es otro que el prescrito por intereses extraños a la vida humana. Será una pieza del orden establecido por poderes globalizadores que están condenando a la miseria a los pueblos y a la humanidad entera a su extinción.

Al eliminar las carreras humanísticas o restarles la importancia que tienen, el gobierno intenta hacer ver que estas carreras han sido la causa del desastre nacional, o son un obstáculo para el desarrollo productivo del país y que una vez eliminadas, el país se convertirá en una potencia económica y tecnológica. Esto es una premisa falsa. La prolongada crisis del aparato productivo venezolano, que data de varias décadas, se debe a la precaria, deficiente e ineficiente gestión gubernamental, en sus errados modelos, en la tendencia perversa a copiar sin mayores análisis y cuestionamientos, modelos impuestos por el capital multinacional, y en los altos índices de corrupción institucionalizada.

En una época en la cual los procesos de creación del conocimiento científico reconocen la importancia de la multidisciplinariedad y la transdisciplinariedad, resulta paradójico que el gobierno nacional promueva un currículo nacional en el cual se prescinde de las humanidades. Como propone Edgar Morín: “Las unidades complejas, como el ser humano o la sociedad, son multidimensionales; el ser humano es a la vez biológico, psíquico, social, afectivo, racional. La sociedad comporta dimensiones históricas, económicas, sociológicas, religiosas. El conocimiento pertinente debe reconocer esta multidimensionalidad e insertar allí sus informaciones[13].

LA POLÍTICA GUBERNAMENTAL, O AUSENCIA DE ÉSTA, HACIA LAS UNIVERSIDADES.

Esta supresión de carreras humanísticas,  fundamentales en todo currículum universitario, se une a una serie de políticas gubernamentales que en los últimos 15 años han provocado en las universidades venezolanas una crisis estructural de enormes proporciones, crisis que amenaza con la existencia misma de las universidades como instituciones rectoras de la producción de ciencia y cultura imprescindibles a cualquier proyecto verdadero de nación que intente promoverse.

Estas políticas gubernamentales, o su ausencia, se pueden resumir en:

  • La asfixia presupuestaria aplicada de manera sistemática desde hace 15 años al presupuesto universitario por parte del gobierno nacional, otorgándoles un presupuesto deficitario, que ha redundado en la casi paralización de las mismas por la inexistencia de recursos que permitan el funcionamiento de facultades, escuelas, programas académicos, de investigación y de extensión, deportivos y culturales en general.[14]
  • Destaca la desaparición casi total de las capacidades científicas en todos los campos del conocimiento, por el desmantelamiento de los laboratorios, bibliotecas, equipos y materiales necesarios para su funcionamiento.
  • Reducción de los salarios del personal universitario (docentes, empleados y obreros) hasta en un 99 % en los últimos 15 años. Lo que ha generado una diáspora  masiva de docentes e investigadores hacia otros países o hacia otras actividades laborales distintas a la universitaria.
  • Paralización desde hace más de una década, por parte de los poderes del Estado (poder judicial), de todos los procesos democráticos que permitían que las universidades eligieran a sus rectores y decanos; llegándose incluso a impedir y sabotear las elecciones de los gremios universitarios (sobre todo de los gremios estudiantiles). En esta supresión democrática en las universidades tienen también responsabilidad las autoridades rectorales, que bajo un pacto silencioso con el gobierno han visto prolongar al infinito sus deterioradas gestiones administrativas, caracterizadas por una inercia permisiva con todos los vicios internos que corroen nuestras instituciones, y que agudiza el derrumbe académico y físico de la universidad venezolana.
  • Intervención por el gobierno de las universidades autónomas, gracias a una política progresiva de construcción de una mayoría en el CNU, estructurada a partir de la creación de un sistema paralelo de Educación Superior que contempló la apertura a granel de “universidades” hechas a su medida, con autoridades designadas a dedo por el gobierno, sin cumplir los requisitos establecidos en la vigente Ley de Universidades, y que de manera general son instituciones de pensamiento único que le han permitido desarrollar al gobierno una gestión centralizada, sectaria y partidista que no toma en cuenta la diversidad de criterios y de opiniones.
  • Saqueo progresivo de las instalaciones de las universidades autónomas por parte del “hampa común”, ante la mirada impasible de los cuerpos de seguridad del Estado venezolano. Con la actual pandemia y la paralización casi total de las actividades universitarias, este proceso de saqueo hamponil ha alcanzado niveles descomunales, hasta el punto que hoy en día son pocos los espacios universitarios que aún no hayan sido saqueados en todo el país. Resalta aquí que los representantes del gobierno señalan públicamente de que “sus universidades” no han sufrido dichos saqueos, lo que hace levantar sospechas muy fundadas acerca de los intereses que pudieran estar moviendo a esa “hampa común” que viene destruyendo nuestras instituciones universitarias.
  • La promoción abierta por parte del gobierno nacional de los estudios universitarios en instituciones privadas, las cuales son financiadas por el mismo gobierno mediante el otorgamiento de “becas estudiantiles” que en la práctica son subsidios oficiales a la institución, pues esas supuestas becas nunca son otorgadas directamente a los estudiantes sino a las universidades donde estudian[15].
  • Migración masiva de jóvenes estudiantes hacia el exterior del país, o abandono de los estudios por incapacidad de sus familias para financiarles. Todo esto provocado por la profunda crisis económica donde destaca el derrumbe salarial de los trabajadores venezolanos (que actualmente no llega a 1 dólar mensual); el alto costo de los servicios de internet; imposibilidad de adquirir equipos de computación, tablets, etc; imposibilidad de costear el transporte público desde sus casas hasta las universidades; dificultades para adquirir alimentos, ropa, calzado, libros y útiles educativos básicos; limitaciones en los servicios de salud; deficiencias constantes en servicios como electricidad, agua, gas. Situación que ha generado que la matrícula universitaria se haya reducido en los últimos años en más de un 50 %.

¿QUÉ EXIGIMOS Y QUÉ PROPONEMOS?

  1. Exigimos al gobierno nacional que explique al país en qué se traduce, en términos de financiamiento presupuestario y adjudicación de cupos estudiantiles, la “redimensión” del ingreso universitario que coloca a casi todas las carreras humanísticas fundamentales como “no prioritarias” para la oferta académica del año 2021. Al colocar a las carreras humanísticas como “no prioritarias”, se interpreta que no habrá más presupuesto para esas carreras y en poco tiempo desaparecerán por falta de recursos para reposición de cargos.
  2. Exigimos la aprobación por el gobierno nacional de presupuestos acordes a las necesidades de funcionamiento de las universidades públicas.
  3. Exigimos la aprobación inmediata de escalas salariales tanto para docentes como personal de apoyo universitario, que restablezcan la capacidad adquisitiva y los niveles de vida mínimos para el desempeño de la importante labor de docencia, investigación y extensión universitaria.
  4. Proponemos abrir un proceso general de reorganización universitaria, con participación de profesores, estudiantes, empleados y obreros, que permita entrar a debatir democráticamente los problemas y necesidades más urgentes que se deben solventar, para sacar a las universidades del marasmo en que se encuentran actualmente y evitar su desaparición institucional.
  5. Aprobación de becas estudiantiles, otorgadas directamente al alumnado de las universidades públicas, en un monto suficiente que garantice la prosecución de sus estudios.
  6. Rechazamos, de manera general, todas las políticas gubernamentales que se traducen en procesos regresivos dentro de las universidades venezolanas. Particularmente rechazamos la eliminación de las carreras humanísticas; el despido o no contratación de docentes por razones ideológicas; el fomento disimulado de la educación privada en desmedro de las universidades públicas; el saboteo externo e interno de los procesos democráticos para elegir las autoridades rectorales y decanales; la anomia gubernamental que ha permitido la desaparición de la investigación científica y humanística en Venezuela; la asfixia presupuestaria contra las universidades autónomas; la presión salarial inhumana que ha llevado los ingresos de los universitarios a niveles de esclavitud.
  7. Compartimos la propuesta que ha surgido últimamente de la realización inmediata de elecciones rectorales en todas las universidades públicas, sobre la base de reglamentos participativos discutidos y aprobados internamente.

Finalmente, ratificamos que las universidades constituyen factores primordiales para el desarrollo de todo proyecto de nación. Que la vida republicana se garantiza, entre otras, por la existencia de universidades que aporten su constante creación científica y humanística, su visión crítica y constructiva, indispensable para el crecimiento de todos los procesos económicos, políticos, sociales y culturales a lo largo y ancho de la nación. Sin universidades no hay nación como tal. La defensa de las universidades venezolanas ante esta política regresiva y conservadora del gobierno de Nicolás Maduro que amenaza con destruirlas, es una obligación y una responsabilidad para todos los ciudadanos comprometidos con una Venezuela y una educación al servicio de la democracia, el desarrollo nacional y los máximos intereses de las grandes mayorías sociales.

Venezuela, a los 21 días del mes de enero de 2021.

Suscriben:

  • Roberto López Sánchez. Profesor Titular. Universidad del Zulia. Antropología.
  • Lino Meneses. Coordinador del Doctorado en Antropología. Universidad de los Andes.
  • Johnny Alarcón Puentes. Profesor Titular. Universidad del Zulia. Antropología.
  • Belinda Colina Arenas. Profesora Titular. Coordinadora Unidad Académica de Estudios del Desarrollo. FEC-LUZ.
  • Jesús Puerta. Profesor Titular. Universidad de Carabobo.
  • José León Uzcátegui. Profesor Titular. Universidad de Carabobo.
  • Ángel Rafael Lombardi Boscán. Director del Centro de Estudios Históricos. Universidad del Zulia.
  • Morelva Leal Jerez. Profesora Titular. Universidad del Zulia. Antropología.
  • Lorelli Paredes Valecillos. Becaria Docente. Universidad del Zulia. Antropología.
  • Ramona Suárez Piña. Auxiliar Docente. Universidad del Zulia. Antropología.
  • Jesús Urbina. Profesor Titular. Universidad de Carabobo.
  • Reyber Parra. Profesor Titular. Universidad del Zulia.
  • Kerli Moreno Mercado. Becaria Docente. Universidad del Zulia. Antropología.
  • Héctor Navarro. Profesor Titular. Universidad Central de Venezuela.
  • Eunice Romero. Profesora Titular. Universidad del Zulia. Antropología.
  • Alexander Mansutti Rodríguez. Profesor Titular. Universidad Experimental de Guayana.
  • Alba Sánchez. Profesora de Orientación. Universidad del Zulia. Humanidades.
  • Cecilia Montero. Profesora Unidad de Antropología. Universidad del Zulia.
  • José Luis López Sánchez. Profesor Titular. Universidad Central de Venezuela.
  • Karina Navarro Jiménez. Profesora Titular. Universidad del Zulia. Filosofía.
  • Rosaura Bueno. Profesora Titular. Universidad del Zulia.
  • Carlos Valbuena Chirinos. Coordinador de la Maestría en Antropología. Universidad del Zulia.
  • Oscar Fuenmayor. Egresado Universidad del Zulia. Licenciado en Educación.
  • Mirella Herrera Colmenares. Profesora Titular. Universidad de Carabobo.
  • Carlos Añez González. Profesor Titular. Universidad del Zulia.
  • Jorge Hinestroza. Profesor Titular. Universidad del Zulia.
  • Elsa Petit Torres. Profesora Titular. Unidad Académica de Estudios del Desarrollo. FEC-LUZ.
  • Jennifer Fernández. Egresada Universidad del Zulia. Licenciada en Antropología.
  • Gladys Gordones. Coordinadora de la Maestría en Etnología. Universidad de los Andes.
  • Pedro Capett. Presidente Asociación de Profesores Seccional Ciencias. Universidad del Zulia.
  • Pedro García Avendaño. Profesor Titular. Universidad Central de Venezuela.
  • Javier Biardeau. Profesor asociado y Jefe del Departamento de Estudios latinoamericanos de la Escuela de Sociologia de la UCV
  • Vladimir Aguilar Castro. Profesor Titular. Universidad de los Andes.
  • Carmen Irene Rivero. Profesora Titular. Universidad de Carabobo.
  • Nancy Delgado Noguera. Profesora Titular. Universidad del Zulia.
  • Angel Zabaleta Fajardo. Profesor Titular. Universidad del Zulia.
  • Noylibeth Rivero Paredes. Profesora Titular. Universidad del Zulia. Antropología.
  • Jesús Aguirre. Profesor Titular. Universidad de Carabobo.
  • Jesús Manuel Escobar Martínez. Profesor Universidad de Carabobo.
  • Omar Contreras. Profesor Titular. Universidad del Zulia. Física.
  • Nalúa Silva Monterrey. Directora del Centro de Investigaciones Antropológicas. Universidad Nacional Experimental de Guayana.
  • Yara Altez. Prof. Titular. Escuela de Antropología. Universidad Central de Venezuela.
  • Pedro José Rivas. Profesor Titular. Universidad de Los Andes.

Notas:

________________________

[1] Ministro @CTrompiz2 pone en discusión la redimensión del Sistema Nacional de Ingreso Universitario https://twitter.com/CTrompiz2/status/1338527919833034753https://www.instagram.com/p/CI0xMN1BhnP/?igshid=yfza59zestxf.

[2] Artículo 102º de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV).

[3] Edgar Morín (2000). Los siete saberes necesarios a la educación del futuro. Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela. Caracas (Venezuela).

[4] Simón Rodríguez (1999). Obras Completas. José Agustín Catalá editor. Caracas. Tomo II. P. 318.

[5] Simón Bolívar. Carta al General Santander, del 20 de mayo de 1825, desde Arequipa. Obras Completas. Ediciones Corporiente. Cumaná, Estado Sucre. (Venezuela). Tomo II. P. 139.

[6] Boaventura de Sousa Santos (2008). La universidad en el siglo XXI. Centro Internacional Miranda. Caracas (Venezuela). P. 41.

[7] Universidad Técnica del Estado en dictadura. https://archivopatrimonial.usach.cl/dictadura/?page_id=24

[8] Danny Monsálvez Araneda y Mario Valdés Urrutia, « El golpe de Estado de 1973 y la intervención militar en la Universidad de Concepción (Chile) », Polis [En línea], 45 | 2016, Publicado el 11 mayo 2017, consultado el 21 enero 2021. URL : http://journals.openedition.org/polis/12199 .

[10] De Sousa Santos. 2008. La Universidad en el siglo XXI. Pp. 46-47.

[11] De Sousa Santos. 2008. La Universidad en el siglo XXI. Pp. 48-49.

[12] Henry Giroux. 2008. La Universidad Secuestrada. Centro Internacional Miranda Caracas (Venezuela). P. 30.

[13] Morín, 2000: 42.

[14] Ignacio Avalos y otros. 2020. Investigando en Venezuela. Capacidades de Ciencia, Tecnología e Innovación para superar la crisis en Venezuela

 



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ANTE LA DESTRUCCIÓN DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA,

DEFENSA DE LA UNIVERSIDAD NECESARIA

 

(para suscribir este documento enviar correo a: plataformaciudadana2020@gmail.com)

 

Un diagnóstico imprescindible de la Universidad en Venezuela

La Universidad ha sido fundamental en el crecimiento del pensamiento humano, de las ideas y de los proyectos civilizatorios de cualquier signo. Es justamente por ello que la historia da cuenta del esmero con el cual las distintas sociedades, y especialmente aquellas que han institucionalizado una educación pública superior con distintos niveles de articulación humanística, científica y tecnológica, cuidan sus universidades, independientemente de los fines que orientan el funcionamiento en cada momento histórico.

Las universidades venezolanas han contribuido en las distintas esferas de nuestras vidas salud, ingeniería, historia, cultura, educación, territorio y economía, entre otras tantas posibles al desarrollo de nuestro país. La universidad venezolana es parte de nuestra historia, no en balde la Universidad Central de Venezuela (UCV) cumple 300 años de fundada, 236 años la Universidad de Los Andes (ULA), 130 años la del Zulia (LUZ) y 129 años la de Carabobo (UC). Los hijos de muchas familias de venezolanos, por generaciones, estudiaron en nuestras universidades y se hicieron profesionales para, en los diferentes espacios de nuestro quehacer cotidiano, contribuir al crecimiento de Venezuela.

Sin embargo, hoy en día en Venezuela se presenta el fenómeno opuesto. Más allá de las responsabilidades internas, que ciertamente las hay, es público y notorio el hecho de que el gobierno de Nicolás Maduro desprecia a las universidades, y las condena, como nunca antes en nuestra historia, a un deplorable estado de marginación caracterizado por:

·        Una asfixiante limitación de recursos financieros en todas las partidas presupuestarias que no garantiza un mínimo funcionamiento.

·        La pulverización de los sueldos y salarios de su personal, que con absoluta seguridad son los más bajos del mundo, sin mencionar la progresiva y sistemática extinción de la seguridad social a todos los niveles.

·        La eliminación, en la práctica, de las imprescindibles providencias estudiantiles y pulverización de las becas destinadas a este sector.

·        El total abandono de las áreas internas, tomadas hoy por el hampa común, que las está destruyendo en lo físico, en sus laboratorios, en sus salones de clase, en sus bibliotecas, en sus equipos de informática.

·        Una situación de depauperación y degradación que avanza inercialmente hacia su disolución, cuyo resultado inmediato y probablemente el más lamentable, es la pérdida del talento que es el tesoro más preciado de este tipo de institución: con salarios que no llegan a ocho dólares mensuales para el caso de los profesores de máximo escalafón. Es común hoy en día, por un lado, encontrarse con profesores universitarios que han emigrado y en la actualidad desarrollan las actividades docentes y científicas que antes realizaban en Venezuela, en instituciones de otros países; y a otros que deciden cambiar su actividad académica por una diferente que mejore sus ingresos para el sustento familiar. La migración de universitarios, que se extiende también al sector de administrativos, se convierte en una muy rápida transferencia gratuita hacia el exterior, sobre todo hacia países desarrollados, de nuestra riqueza nacional, acumulada por décadas y décadas de esfuerzo de país. Hoy en las universidades venezolanas es casi inexistente el ingreso de personal de relevo; prevalece un acelerado envejecimiento de la planta profesoral, que además ha perdido su seguridad social y las condiciones necesarias para su función académica: imposibilidad de intercambios con sus pares de otros países, grandes dificultades para acceder a literatura actualizada, deterioro y obsolescencia de equipos e imposibilidad de renovarlos; constantes limitaciones de acceso a los servicios eléctrico y de internet; incapacidad de cubrir el sustento básico familiar de alimentación, salud, vivienda, vestido y recreación, entre otros.

·        Migración masiva de estudiantes y nuevos profesionales al extranjero. Los alumnos que continúan cursando sus estudios, en un gran elevado planifican su salida del país apenas se gradúen. Hay, además una pérdida de matrícula de aquellos que no han culminado sus estudios y se ven forzados a retirarse por razones de índole socioeconómica, fundamentalmente, y de la matrícula de inicio, que son estudiantes que logran el cupo pero no se inscriben. La universidad pública venezolana, pierde así el talento joven indispensable para el desarrollo nacional.

·        La negación de recursos para la investigación científica, en el presupuesto universitario impuesto por el Ejecutivo nacional, ha imposibilitado la participación de los investigadores en eventos científicos internacionales, la actualización de equipos, el intercambio académico, la formación en el exterior, la adquisición de servicios tecnológicos y literatura actualizada, la suscripción a bases de datos, revistas científicas y redes internacionales de investigación, el fortalecimiento de nuestras revistas científicas que hoy sobreviven por el trabajo meritorio de sus editores/as, todo lo cual impacta negativamente en la producción y divulgaciòn de conocimientos y publicaciones, esencial al concepto de universidad.

·        A ello se agrega el impedimento gubernamental, impulsado a través del Tribunal Supremo de Justicia para cumplir con un requisito fundamental para la democracia y la renovación universitaria como es la elección de sus autoridades, a pesar de que la autonomía universitaria está consagrada tanto en la Constitución de 1999, como en la Ley Orgánica de Educación. De la misma manera, a través del Consejo Nacional Electoral, se ha impedido la realización de elecciones en la mayoría de las federaciones gremiales y sindicales, de profesores, empleados y obreros, lo cual las ha debilitado, al impedir el relevo y frustrar la incorporación de nuevos conductores a los cargos directivos, que se van reduciendo por razones naturales o por renuncias, todo lo cual compromete su capacidad de acción frente a la debacle institucional y la crisis universitaria.

·        Las autoridades electas tienen vencido por casi una década el período original para el cual fueron electas, con el consiguiente deterioro de su gestión.  Con el paso del tiempo, el equipo rectoral se han desintegrado por renuncias, enfermedad o fallecimiento de alguno de sus integrantes, lo que ha sido aprovechado por el gobierno para imponer autoridades, valiéndose de un viejo reglamento del CNU, que quedó sin efecto con la aprobación de la constitución vigente.  Las autoridades decanales tampoco han podido celebrar elecciones y son nombradas por los consejos universitarios.  La representación profesoral a los cogobiernos, cuyo período culminó hace muchos años, no se ha podido renovar y la falta absoluta de alguno de sus miembros solo puede ser sustituida por los suplentes, opción ésta que también se ha agotado en muchos casos. Los miembros de gobierno y cogobierno universitario se han visto así obligados a mantenerse en los cargos para sostener la institucionalidad, e impedir nuevas intervenciones. Esta situación ha debilitado significativamente la gobernanza en la Universidad, cuyo liderazgo institucional no se muestra hoy capaz de detener su decaimiento progresivo. De ahí la urgencia de renovación del liderazgo universitario.

·        El gobierno venezolano estimula la desaparición de las carreras humanísticas y sociales, cuando establece, a contracorriente de lo pautado en la Constitución y la Ley de Universidades, 145 carreras prioritarias para el 2021, supuestamente relacionadas con la economía productiva y las necesidades de formación de la Nación, negando la indispensable noción multidisciplinaria que requiere cualquier proyecto productivo, donde las visiones histórica, geográfica, social y cultural son tan importantes como la visión científica y técnica para garantizar su viabilidad. Esta política regresiva del gobierno ignora el aporte humanístico, además del científico, fundamental de las universidades para el desarrollo nacional y viola la autonomía académica garantizada por la Constitución vigente.

·        La pandemia agrava y acelera el proceso de destrucción institucional que ya estaba en desarrollo.

La Universidad necesaria.

Venezuela necesita hoy universidades comprometidas con un futuro de producción científico-técnica enmarcado en dimensiones fundamentales del mundo de hoy: la ecología, la democracia verdadera y el humanismo. La Universidad que el país requiere se debe a la sociedad, a sus intereses colectivos, a lo público y al bien común. Es esa institución la que debe asumir la responsabilidad social –pública- de cumplir con las necesidades, expectativas y valores sociales, respondiendo de manera crítica y reflexiva a las nuevas realidades generadoras de desafíos globales, contextos y valores.

La universidad debe concebirse, no sólo como un proyecto educativo, sino también cultural y social, que implica la apertura a la posibilidad de experiencias inéditas en docencia, investigación y extensión, en momentos en los cuales diversos cambios del entorno afectan y seguirán afectando a las universidades: la conversión de COVID-19 en una pandemia que ha cambiado muchas perspectivas de la vida en común; las amenazas a la vida sobre el planeta producto de un patrón civilizatorio de guerra permanente contra la naturaleza y los pueblos originarios, vale decir, aquellos pueblos y comunidades que han persistido en vivir en armonía con ella; las diversas formas de exclusión y violencia social; el fenómeno de las migraciones y desplazamientos humanos; la crisis de los valores; los problemas éticos de los avances científicos y tecnológicos; las transformaciones del mundo productivo y laboral; las nuevas tecnologías de información y comunicación que transforman las percepciones y representaciones individuales y colectivas de la realidad; la brecha entre países industrializados y del Sur Global acentuada con los procesos de globalización; la crisis del sistema democrático formal, y otros.

El ambiente en el cual puede darse tal tipo de desarrollo institucional, es el de una universidad autónoma, democrática, abierta al análisis y discusión de todas las ideas y corrientes de pensamiento, así como a un amplio diálogo intercultural sin dogmatismo ni prejuicio; y que tenga como compromiso fundamental dar respuestas a las necesidades populares y al desarrollo nacional, procurando siempre el bienestar para toda la sociedad.

Las tareas urgentes.

La dramática situación actual contrasta notablemente con la visión de la universidad necesaria. El proceso inédito de destrucción de la institucionalidad universitaria, similar a lo que viene ocurriendo con todas las instituciones del Estado venezolano, tiene que ser urgentemente detenido y revertido.

Resulta imperioso el diseño de un plan de salvación de lo que aún puede quedar en pie de las universidades. Hay tareas que pueden asumirse aún en presencia de la pandemia. Cada segundo que pasa hace mucho más difícil y costosa la tarea de recuperación institucional de las universidades, tanto en su planta física y equipamiento, como en su cultura institucional, en el conocimiento, en su talento. Esta recuperación demanda:

-          Condiciones dignas de remuneración y trabajo para profesores, empleados y obreros y de estudio para sus estudiantes.

-          Renovación democrática de las autoridades, en el menor tiempo y mejores condiciones posibles.

-          Levantar la información de las urgencias en materia de infraestructura, bienes y servicios para una inversión especial temprana, que garantice un hábitat adecuado de trabajo y estudio, e incluya comedor y transporte.

-          Vigilancia permanente de los espacios universitarios frente al hampa.

-          Vacunación de toda la comunidad universitaria, profesores, estudiantes, empleados administrativos y obreros como condición básica para la reanudación de actividades presenciales.

-          Mejoramiento significativo en las condiciones de vida, de trabajo y de estudio de los universitarios.

-          Realización de una auditoría pública e integral de la gestión administrativa y operativa.

-          Reconocimiento por parte del gobierno de los actores de las universidades: autoridades, gremios y sindicatos, sin distinción de naturaleza política ni de otro orden.

-          Apoyo a los programas de salud existentes y a la recuperación de la capacidad operativa y financiera de los institutos de previsión social.

-          Restitución del presupuesto necesario y suficiente para investigación.

-          Elaboración de un sistema de indicadores adaptado al país que permita establecer y hacerle seguimiento a la situación real del ecosistema de ciencia, tecnología e innovación, de educación universitaria, con auditoría de matrícula y de cargos en las universidades.

-          Restitución de las providencias estudiantiles.

-          Mecanismo de ingreso estudiantil universitario establecido por acuerdos entre el ejecutivo y las universidades.

 

El patrimonio más importante de toda universidad es el conocimiento creado o adquirido y su difusión hacia toda la sociedad, especialmente en la formación de nuestros jóvenes mediante actividades formales y no formales, constituyendo el aporte más importante que puede dar. Cualquier perspectiva de recuperación de la nación pasa por rescatar su capacidad de conocer, descubrir y aportar soluciones inteligentes y sólidas a los problemas científicos, técnicos, sociales y culturales, y ese es un papel esencial de toda universidad en cualquier parte del mundo. Hay que asumir las tareas de recuperación de las universidades como condición esencial para la recuperación de la Nación.

Unidad para salvar la universidad venezolana

Las comunidades universitarias están llamadas a asumir las urgentes tareas que permitan conducir un esfuerzo nacional por la defensa de la educación universitaria. Para ello se hace imprescindible:

·        La unidad de los gremios docentes, estudiantiles y de trabajadores, en un plan único de acción.

·        El debate libre y democrático (aunque sea por medios virtuales) que avance en la integración de los diferentes puntos de vista y concilie visiones internas hasta ahora enfrentadas.

·        Poner en marcha distintas iniciativas para visibilizar la crisis universitaria y sensibilizar al país sobre la urgencia de la lucha planteada.

La sociedad venezolana necesita de su universidad, y la universidad requiere integrarse plenamente con la aspiración de cambio que hoy predomina en la gran mayoría ciudadana. NO HAY REPÚBLICA SIN UNIVERSIDAD, PERO TAMPOCO PUEDE HABER UNIVERSIDAD SIN REPÚBLICA. Y eso es lo que hoy se está disolviendo ante nuestros ojos, y debemos detener.

La defensa de la universidad autónoma, democrática, científica, popular y de calidad, es un paso necesario para salvar a la Nación. A eso convocamos.

Venezuela, a los 14 días del mes de abril de 2021.

(Para suscribir este documento enviar correo a: plataformaciudadana2020@gmail.com)

 

 

 

 

 

FIRMANTES:

Nombre y Apellido

Institución

      1             

Jesús Aguirre

Universidad de Carabobo

      2             

Stefania Ajó

Universidad Central de Venezuela

      3             

Johnny Alarcón Puentes

Universidad del Zulia

      4             

Carlos Añez

Universidad del Zulia

      5             

Carlos Aponte Blank

Universidad Central de Venezuela

      6             

Santiago Arconada

Universidad Central de Venezuela

      7             

Félix Arellano

Universidad Central de Venezuela

      8             

Miguel Jesús Arévalo

Universidad Arturo Michelena

      9             

Duilimarth Arrieta

Universidad Bolivariana de Venezuela

  10             

Guillermo T. Aveledo

Universidad Central de Venezuela

  11             

Javier Biardeau

Universidad Central de Venezuela

  12             

Leonardo Bracamonte

Universidad Central de Venezuela

  13             

Rosaura Bueno

Universidad del Zulia

  14             

Pedro Capett

Universidad del Zulia

  15             

Leonardo Carvajal

Universidad Católica Andrés Bello

  16             

Alan Castellano

Universidad del Zulia

  17             

Ocarina Castillo

Universidad Central de Venezuela

  18             

Hubert Carton de Grammont

Universidad Nacional Autónoma de México

  19             

Carmen Clamens

Universidad del Zulia

  20             

Santiago Clavijo

Universidad Central de Venezuela

  21             

Belinda Colina Arenas

Universidad del Zulia

  22             

Miguel Angel Contreras

Universidad Central de Venezuela

  23             

Ivork Cordido

Universidad del Zulia

  24             

José Miguel Cortázar

Universidad Central de Venezuela

  25             

Mariano Crespo

Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Maracay

  26             

Ricardo Cubero

Universidad del Zulia

  27             

Antonio De Lisio

Universidad Central de Venezuela

  28             

Karina De Sousa

Universidad del Zulia

  29             

Andy Delgado Blanco

Universidad Central de Venezuela

  30             

Miguel Denis

Egresado Universidad Central de Venezuela

  31             

Luis Alejandro Díaz Bayona

Universidad de Carabobo

  32             

Rafael Durán

Universidad de Carabobo

  33             

Belkis Escalona

Universidad del Zulia

  34             

Higinio Jesús Esparis

Egresado Universidad Central de Venezuela

  35             

Henry Espinoza Bejarano

Universidad de Oriente

  36             

Concetta Esposito de Díaz

Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado

  37             

Alex Fergusson Laguna

Universidad Central de Venezuela

  38             

Gustavo Fernández

Universidad de Carabobo

  39             

Oscar Feo Istúriz

Universidad de Carabobo

  40             

Oscar Fuenmayor

Egresado Universidad del Zulia

  41             

Luis Fuenmayor Toro

Universidad Central de Venezuela

  42             

Hugo Gallipoli

Universidad de Carabobo

  43             

Alix García

Universidad Central de Venezuela

  44             

Sandra García

Universidad Pedagógica Experimental Libertador núcleo Barquisimeto

  45             

Pedro García Avendaño

Universidad Central de Venezuela

  46             

María Elena García Díaz

Universidad de los Andes

  47             

Xiomara García

Universidad Central de Venezuela

  48             

Giuseppe Giannetto

Universidad Central de Venezuela

  49             

Jorge Giordani

Universidad Central de Venezuela

  50             

Ana Teresa Gómez

Universidad Central de Venezuela

  51             

Nancy González de Olivo

Universidad Politécnica Territorial De los Altos Mirandinos Cecilio Acosta

  52             

Molly González

Universidad del Zulia

  53             

Beatriz González de Medina

Universidad del Zulia

  54             

Gladys Gordones

Universidad de los Andes

  55             

Carmen Alicia Hernández Rodríguez

Egresada Universidad del Zulia

  56             

Simón Hernández

Presidente nacional WUAO

  57             

Carmen Hernández

Universidad del Zulia

  58             

Jorge Hinestroza

Universidad del Zulia

  59             

Catalina Labarca Reverol

Universidad del Zulia

  60             

Amelia Landaeta

Universidad Central de Venezuela

  61             

Edgardo Lander

Universidad Central de Venezuela

  62             

Luis Lander

Universidad Central de Venezuela

  63             

José Rafael León

Universidad Central de Venezuela

  64             

José León Uzcátegui

Universidad de Carabobo

  65             

Angel Lombardi

Universidad del Zulia

  66             

Ángel Rafael Lombardi Boscán

Universidad del Zulia

  67             

Lilia Sofía Leticia Lombardi

Universidad del Zulia

  68             

Roberto López Sánchez

Universidad del Zulia

  69             

José Luis López Sánchez

Universidad Central de Venezuela

  70             

Tucídides López

Universidad del Zulia

  71             

Iliana Lopriore.

Universidad de Carabobo

  72             

Francisco Machado Segovia

Universidad Central de Venezuela

  73             

Luis Marciales

Universidad Central de Venezuela

  74             

Gustavo Márquez

Universidad de Carabobo

  75             

Moisés Martínez Soto

Universidad del Zulia

  76             

Blanca Martorell Cuadrado

Universidad Central de Venezuela

  77             

María Gabriela Mata Carnevali

Universidad Central de Venezuela

  78             

Claudio Bruno Mazzani

Universidad Central de Venezuela

  79             

Lino Meneses Pacheco

Universidad de los Andes

  80             

Alexis Mercado

Universidad Central de Venezuela

  81             

Oly Millán

Universidad Central de Venezuela

  82             

Yanina Molero de Boscán

Universidad del Zulia

  83             

Cecilia Montero

. Universidad del Zulia

  84             

Pedro Moratinos

Universidad de los Andes

  85             

Kerlis Moreno Mercado

Universidad del Zulia

  86             

Esteban Emilio Mosonyi

Universidad Central de Venezuela

  87             

José Domingo Mujica

Universidad Central de Venezuela

  88             

Rafael Victorino Muñoz

Universidad de Carabobo

  89             

Valmore Muñoz Arteaga

Universidad Cecilio Acosta

  90             

Melín Nava

Universidad Central de Venezuela

  91             

Héctor Navarro Díaz

Universidad Central de Venezuela

  92             

Karina Navarro Jiménez

Universidad del Zulia

  93             

Armando Notz Pieretti

Universidad Central de Venezuela

  94             

Norberto José Olivar B

Universidad del Zulia

  95             

Felix Olivo

Universidad Pedagógica Experimental Libertador

  96             

Ana Elisa Osorio

Universidad Central de Venezuela

  97             

Luis Palencia

Universidad Central de Venezuela

  98             

Pablo Palmar

Universidad del Zulia

  99             

Lorelli Paredes Valecillos

Universidad del Zulia

100             

Ileana Parra Grazzina

Universidad del Zulia

101             

Reyber Parra

Universidad del Zulia

102             

Francesca Pérez

Universidad Central de Venezuela

103             

Jorge Piña

Universidad Simón Rodríguez

104             

German Antonio Poleo

Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado

105             

Jesús Puerta

Universidad de Carabobo

106             

Víctor Rago

Universidad Central de Venezuela

107             

Tulio Ramírez

UCV – UPEL - UCAB

108             

Sathya Rengifo Gómez

Universidad Central de Venezuela

109             

Flerida Rengifo

Universidad Central de Venezuela

110             

Juan Carlos Reyes

Universidad Central de Venezuela

111             

Jacqueline Richter

Universidad Central de Venezuela

112             

Carlos Rincón

Universidad del Zulia

113             

Ricardo Ríos

Universidad Central de Venezuela

114             

Carmen Irene Rivero

Universidad de Carabobo

115             

Noylibeth Rivero

Universidad del Zulia

116             

Rafael Rivero Navarro

Universidad Central de Venezuela

117             

Blanca Alicia Rodríguez de Escontrela

Universidad Central de Venezuela

118             

Belkis Rojas Trejo

Universidad de los Andes

119             

Eunice Romero

. Universidad del Zulia

120             

Deyanira Romero

Universidad Central de Venezuela. Campus Maracay

121             

Carlos Rondón

Universidad Cecilio Acosta

122             

Aníbal Rosales

Universidad Central de Venezuela

123             

Marta Rukoz

Universidad Central de Venezuela

124             

Eduardo Sánchez

Sinatra. Universidad Central de Venezuela

125             

Rebeca Sánchez

Universidad Central de Venezuela

126             

David Sánchez

Universidad del Zulia

127             

Isabelle Sánchez

Universidad Central de Venezuela

128             

Helene Sánchez

Universidad Central de Venezuela

129             

Marina Smeja

Universidad Central de Venezuela

130             

Keta Stephany

Universidad Central de Venezuela

131             

Ramona Suárez Piña

Universidad del Zulia

132             

Rina Surós

Universidad Central de Venezuela

133             

Juan Luis Sosa

Egresado Universidad Central de Venezuela

134             

Jesús Urbina

. Universidad de Carabobo

135             

Caribay Urbina

Universidad Central de Venezuela

136             

Arlene Urdaneta Quintero

Universidad del Zulia

137             

Vladimir Abreu

Egresado Universidad de Carabobo

138             

Sofía Viloria

Egresada Universidad Central de Venezuela

139             

Luisa Villalba Márquez

Universidad Central de Venezuela

140             

Julio Villalobos Reyes

Universidad del Zulia

141             

Angel Zabaleta

Universidad del Zulia

 

 

NUEVAS FIRMAS DE RESPALDO AL DOCUMENTO: ANTE LA DESTRUCCIÓN DE LA UNIVERSIDAD PÚBLICA, DEFENSA DE LA UNIVERSIDAD NECESARIA:

 

      1             

Abilio Carrillo

Universidad Central de Venezuela

      2             

Mariana Díaz

Universidad Central de Venezuela

      3             

José Pereira

UNEXPO Puerto Ordaz

      4             

Zenaida Tahhan

Egresada Universidad Central de Venezuela

      5             

Carlos Mendoza Potellá

Universidad Central de Venezuela

      6             

Jackson Ramírez

Universidad Central de Venezuela

      7             

Jaime Pérez

Universidad Central de Venezuela  

      8             

Mabel Mundo

CENDES Universidad Central de Venezuela  

      9             

Rodolfo Marcano

Universidad Central de Venezuela  

   10             

Lester Rodríguez Herrera

Universidad de los Andes

   11             

Juan Ruilova Maluenda

UCV, UNEXPO, UNIMET

   12             

Sigfrido Lanz Delgado

UNEG

   13             

Jenniffer Fernández

Egresada Universidad del Zulia

   14             

Eleazar Mujica Sánchez

Universidad Central de Venezuela  

   15             

 Nancy Santana Cova

Universidad de los Andes

   16             

Alonso Padrón

Universidad Central de Venezuela  

   17             

Rafael Ramírez Camilo

Universidad Central de Venezuela

   18             

José Rodolfo Rico

Universidad Central de Venezuela

19

Elizabeth Piña de Vasquez

Universidad Central de Venezuela

20

Jefferson Guerrero

UNET -USB

21

Idalia Cornieles

Universidad Central de Venezuela

22

Alberto Arias

Universidad de Carabobo

23

Luz Marina Beltrán

Universidad Pedagógica Experimental Libertador

24

Rafael Godoy

FACES -UCV

25

Vidal Sáez Sáez

Universidad Central de Venezuela

26

Alba Carosio

Universidad Central de Venezuela

27

Alejandro Ochoa Arias

Universidad de los Andes

28

María Eugenia Cisneros Araujo

Universidad Central de Venezuela

29

José Agustín Millán Muñoz

Universidad Simón Bolívar

30

Dionisio Márquez Arreaza

Universidad de los Andes

31

Ismenia Brito

Egresada Universidad Central de Venezuela

32

Alberto Lovera

Universidad Central de Venezuela

33

Noela Invernizzi

Universidade Federal do Paraná, Curitiba, Brasil

34

Eleazar Bendetto

 

35

Darío Gómez

UPEL Barquisimeto

36

Roy Erkizia

 

37

Nelson A. Morán Guilarte

UPEL-Maturín, USM, UNEFM

38

Luz Maritza Reyez de Suarez

 

39

Aura Rondón M.

Universidad Pedagógica Libertador

40

Luis Enrique Chávez Tosta

Egresado Universidad Simón Bolívar

41

Arnoldo Pirela

UCV CENDES

42

Felix J. Tapia.

Universidad Central de Venezuela

43

Wilfredo Urbina Romero

Universidad Central de Venezuela

44

Alicia Ponte-Sucre

Universidad Central de Venezuela

45

María Isabel Parada 

Universidad Central de Venezuela

46

Carlos Augusto González

Universidad Central de Venezuela

47

Hugo Méndez

Universidad Rafael María Baralt

48

Diógenes Petit

Universidad del Zulia